En este año, el Ministerio de Educación (Mined) publicó 2,744 plazas en el Concurso Especial de Plazas Vacantes de Docentes por Ley de Salario y, hoy, como en los últimos seis años, participo nuevamente con la esperanza de que será un proceso transparente, que la política del cuello se quedó en los gobiernos anteriores y que la educación debe ser con profesionales competentes y capaces.
A quienes llevamos años postulándonos a las plazas con Ley de Salario nos queda claro que el nuevo sistema de evaluación pretende ser más justo, equitativo y con igualdad de oportunidades.
Con este sistema de evaluación, pese a ser más estricto, los maestros de nuevo ingreso, los maestros jóvenes y los recién graduados fuimos beneficiados. Que el Mined descartara en este concurso la antigüedad y los traslados de docentes ha abierto la oportunidad para que la brecha generacional de maestros del sistema público se transforme.
Al darnos más de un mes de gracia para recopilar nuestros documentos y 23 días para incorporarlos a la página web, hace evidente que el Mined tiene como propósito la igualdad de oportunidades y dejar atrás los engorrosos procesos.
Con la incorporación digital de los documentos, el Mined nos ahorró tiempo y dinero. En los años anteriores, por cada escuela en la que deseábamos aplicar era obligatorio trasladarnos al lugar, con nuestra hoja de vida y los atestados en original (títulos y otros documentos), para cotejarlos con la hoja de vida y nos daban únicamente una semana para hacer todos los trámites.
En ocasiones los directores exigían que el trámite fuera personal e intimidaban a los postulantes para evitar recibir más documentación. Muchos fuimos víctimas de malos tratos y de robos en el proceso de entregar los documentos.
Pero este año fue seguro, fácil y rápido. Una hora me tardé para ingresar mis datos personales, mi curriculum vitae y aplicar a seis plazas vacantes. No necesité salir de mi casa.
La prueba de conocimiento, la constancia de beneplácito del trabajo que hacen los interinos y las constancias de antecedentes penales y policiales nos dejan claro que el Mined busca profesionales integrales, que sean modelo de virtud y conocimiento para los niños y jóvenes. Maestros capaces de educar, enseñar y transformar.
Saber que es mi conocimiento el que me abrirá o cerrará las puertas para mi nombramiento ha hecho que me autoevalúe y busque una autoformación constante. Es estar consciente de que hoy se le apuesta a una educación de calidad.
La restricción de aplicar a las escuelas cercanas a la vivienda del maestro postulante es una decisión acertada del Mined, ya que busca nuestra seguridad.
Mientras que la obligatoriedad de concursar únicamente con la especialidad y obtener notas favorables evidencia que el Gobierno de turno pretende transformar la educación, convirtiéndonos en un sistema educativo de oportunidades, competente, transformador y resiliente.
La fe y la esperanza continúan. Un día daré clases en las aulas del sistema de educación pública, no sé si el próximo año o en los que vienen, pero eso sí, a los 2,744 maestros que lleguen a ser nombrados les quiero decir que para educar hay que amar, y amar es entregarse a los alumnos, ser el maestro que nosotros necesitamos en nuestras vidas, ser el maestro que queremos para nuestros hijos. La docencia no es una necesidad, es una forma de ser y vivir. Entreguémonos a nuestros alumnos y transformemos su mundo.