Nacido en Buenos Aires en 1932, Jorge Lavelli viajó a París para estudiar con Charles Dullin y Jacques Lecoq.
En 1963 se dio a conocer en Francia con su versión de «Boda» del polaco Wiltold Gombrowicz, que le mereció el gran premio de puesta en escena en un concurso de compañías jóvenes.
Naturalizado francés en 1977, fundó una década después y dirigió hasta 1996 el teatro parisino de La Colina, dedicada a la dramaturgia contemporánea.
Lavelli creó un estilo propio a la hora de sorprender al espectador con efectos de escena inesperados. Reveló al mundo la obra de Gombrowicz o del argentino Copi, que mezclaba humor y tragedia.
«El teatro no es hablar, lo que tiene importancia para el actor es expresar, significar algo, entrar y salir de un mundo complejo, pero siempre sorprender. Yo sería capaz de poner en escena la guía telefónica», dijo Lavelli en 2015.
Puso en escena a los más grandes del siglo XX, entre ellos Eugène Ionesco, Fernando Arrabal, Lars Noren, Pierre Bourgeade o Serge Rezvani. Firmó puestas en escena del repertorio lírico para la Ópera de París o el Teatro Colón de Buenos Aires, donde en 2014 puso en esscena Idomeneo, de Mozart.