La finca Cuyancúa, una de las más antiguas del país, ubicada en el municipio de Izalco, impulsa desde hace 15 años el cultivo del cacao en la zona. Pasó de cuatro manzanas de cacao antiguo a 20 manzanas cultivadas con 15,540 plantas productivas en 2023.
La estrategia es impulsada por el apasionado cacaotero, Rafael Trigueros Hecht, quien después de repetidas pérdidas con el cultivo de café de bajío, apostó por el cacao.
«En 2009 vimos que había muchos problemas con el café porque era de bajío, (de menor calidad) y vimos que al cacao no le pasaba mucho (enfermedades como la roya) y después de tantos años de perder con el café trabajamos para reactivar el cacao», afirmó el productor.
Su finca, que aún conserva árboles antiguos de esta fruta, estimados entre 200 y 300 años, marcaron la pauta para determinar que este cultivo era una apuesta segura, sin descuidar la dedicación y la tecnificación.

«Quiero impulsar el cultivo del cacao de una buena forma en el país. Quisiera que alcanzáramos las 10,000 hectáreas que teníamos cuando llegaron los españoles o más. Esa es nuestra lucha de los últimos 15 años», reiteró.
De acuerdo con datos de Trigueros, una atención tecnificada del cacao puede producir 15 quintales por manzana, listos para exportar, y una planta atendida de forma adecuada puede producir por hasta 40 años para uso comercial.
En su camino para lograr exportar el grano, que dio frutos a partir de 2018, Trigueros, afirma que de entre 3,000 variedades de cacao que fueron sometidas a pruebas de ADN y otros procesos científicos a cargo de técnicos internacionales del mundo cacaotero, se obtuvieron cinco variedades comerciales de alta calidad, que lograron entrar al mercado europeo.

«Para comercializar se buscó el mercado europeo, tenemos desde la semilla hasta la comercialización en todo Europa. Eso lo logramos hacer en 15 años. Estamos exportando a una empresa de la familia, mi hijo vive en Italia y ha montado una chocolatería que nos compra a nosotros y a otros finqueros de Centroamérica», detalló.
De acuerdo con Trigueron Hecht, este comprador, que adquiere el 80 % de su producción, paga de forma sostenida, el doble del precio estipulado en la bolsa de New York a sus proveedores gracias a la calidad del producto.
El agricultor afirma que toda Centroamérica produce solo 5,000 toneladas y El Salvador podría andar por las 1,000 toneladas anuales de este producto.
«Tenemos que ser autosuficientes, por eso apostamos a las exportaciones. Queremos que sea una alternativa para el país y por esto estamos trabajando duro en esto. La lucha es primero demostrar que si se puede, que hay un mercado de exportación bastante interesante y los precios son mucho más estables que el café», señaló.
La Finca Cuyancúa procesa el grano en su propio beneficio, que antes era utilizado para café, pero que gracias a mejoras añadidas de experiencias internacionales se convirtió en uno de tres en el mundo de estas características. «Lo transformamos en ecoamigable, solo hay tres cacaos en el mundo como ese porque no quema combustible fósil y se aprovecha la energía del sol», dijo el productor. El beneficio tiene la capacidad para procesar cacao de hasta 2,000 manzanas.