En el kilómetro 7.5 de la calle principal hacia Comasagua está Finca Vista Marina. Por la estrecha calle, los rótulos que anuncian pupusas de maíz cocinadas en comal de barro llaman la atención y abren el apetito.
Una vez adentro, el espacio atrapa al comensal en un ambiente que no solo ofrece deliciosos platillos, a algunos los lleva de la mano a sus recuerdos más preciados: los de la infancia; a otros los atrapa con su delicada, sencilla y acogedora decoración, que culmina con una hermosa vista del horizonte con su azul cielo y el verde de la naturaleza.
En la entrada, un amate se planta como centinela; a la izquierda, los manteles de cuadros rojos sobre las mesas de madera reciclada hacen un alegre contraste con el verde de una frondosa ramada de thunbergias moradas y amarillas, de suculentas, flores silvestres, helechos, y al fondo, una cocina de leña, comales, ollas, tazas y platos de barro negro de Guatajiagua.
Este rincón de sabor y nostalgia es creación de Patricia Fernández, la única mujer de la zona con un restaurante de este tipo. De Patricia y su familia está todo el corazón en cada espacio de Finca Vista Marina, empezando por el nombre.
«Por las mañanas, bien temprano, se puede observar el mar, de allí una parte del nombre, y la otra es por mi mamá, que se llama Marina, una mujer que sacó adelante a cuatro hijos sola», cuenta.
Patricia toda su vida ha ejercido una profesión, pero hace seis años decidió comprar un terreno como un seguro para su futuro, llegó a Comasagua y cuando lo vio lo eligió.
La vista era el principal atractivo, así que empezó los fines de semana a servir desayunos a $5 e invitaba a sus compañeros y amigos cercanos. Con lo que recolectaba pagaba a un trabajador para mejorar el espacio.
Un sábado, una amiga visitó el lugar y vio el potencial que tenía para un negocio. «Mi amiga me abrió los ojos y con el apoyo de mis hijos, principalmente de mi hija Alejandra Díaz, empezamos y abrimos el 28 de noviembre de 2020», recuerda le emprendedora.
Con los talentos, el ingenio y el arranque de los tres, Patricia, Alejandra y Vladimir, decoraron, ubicaron senderos y armaron el menú para que Finca Vista Marina pasara de potencial a un verdadero y acogedor restaurante. De allí nace su lema: «Recicla y transforma con amor por un mundo mejor».
Su fundadora también es una mujer de mucha fe. Por eso cada fin de semana el restaurante prepara 100 platos con plátanos fritos que son donados a los más necesitados.
LAS PUPUSAS DE COMAL
Un año ha pasado desde que Finca Vista Marina recibe a comensales. Las llamadas «pupusas de comal» son parte de la magia de este lugar desde el día que abrió.
«En la iglesia hacíamos hasta 500 pupusas para regalar. Yo echaba pupusas allí y me decían que me quedaban ricas. Por eso uno de los primeros platillos fueron las pupusas en comal, la sopa de gallina, el café y el chocolate cocidos en ollas de barro», detalla.
Las pupusas son preparadas por completo en su cocina; de hecho, cuentan con un molino propio para asegurar la higiene de su maíz.
Esa cocina de leña y las pupusas no solo son un platillo ya reconocido, si es lo que busca el comensal a tan solo 35 minutos de San Salvador, sino que también se han convertido en uno de los espacios más entrañables y queridos para ellos y para Patricia.
«Una de las anécdotas más especiales fue la de un nieto y su abuela. Él la trajo y en cuanto ella entró vio la cocina de leña, vio el fuego, los comales y la masa. Con dificultad, ella llegó hasta la cocina y me pidió que la dejara echar una tortilla. La abuelita empezó a llorar, me dijo que le había recordado a su infancia, cuando en su casa se encendía el fogón. Echó la tortilla y la cocinera le quiso dar vuelta con espátula. Ella la detuvo y le enseñó que se volteaba con la mano», cuenta.
La sopa de gallina, el combo que incluye la pieza de gallina, el plato de carne, el plato de pechuga de pollo, la cena típica con frijoles y plátano frito, el plato de cuajada con aguacate, todo con tortillas recién hechas, sumados a los postres, entre los que destacan la quesadilla, el pie de manzana y el marquesote, son parte del menú.
Además, están estrenando el plato de yuca con chicharrones, merienda o pescaditas y el plato de chicharrones con chimichurri de la casa. Entre las bebidas está el café de la finca, una deliciosa preparación con jengibre, pimienta gorda y dulce de panela.
HORARIO
El restaurante atiende de viernes a domingo de 8 de la mañana a 7 de la noche, y funciona en días festivos. Es ideal para despejarse y pasar un buen momento. Sus mascotas también serán bienvenidas.
EVENTOS PRIVADOS
Para hacer su cotización, puede escribir al 7500-5615. En Instagram está como @fincavistamarina_comasagua, y con el nombre completo en FB.