El Fondo Monetario Internacional (FMI) informó que las inversiones verdes son cruciales para facilitar la transición a una economía de bajo uso de carbono y para apoyar la respuesta a la tarificación del carbono.
Para transformar radicalmente el sistema energético, según el FMI, será necesario ampliar las inversiones para financiar la transición de los combustibles fósiles a los renovables, así como para crear redes eléctricas inteligentes, adoptar medidas de eficiencia energética y electrificar sectores como el transporte, la construcción y la industria.
«Instalar paneles solares para hacer funcionar una bomba de agua en una aldea rural implica un nuevo costo inicial, pero la energía solar es gratis. Las inversiones para mejorar la eficiencia energética siguen un patrón similar», explica la publicación «Llegar a cero emisiones netas», del FMI.
La multilateral indicó que se estima que en la próxima década se necesitarán entre $6 billones y $10 billones en inversiones mundiales adicionales, tanto públicas como privadas, para mitigar el cambio climático. Esto equivale a entre un 6 % y 10 % acumulado del PIB mundial anual.
Según datos de la Agencia Internacional de Energía (AEI), se espera que aproximadamente un 30 % de la inversión adicional, en promedio a escala mundial, provenga de fuentes públicas, lo que equivale a entre 2 % y 3 % del PIB anual en la década de 2021 a 2030. El 70 % restante vendría del sector privado.
Sumó que, por el lado público, los programas fiscales de los gobiernos para apoyar la recuperación tras la pandemia de COVID-19 brindan una oportunidad singular para invertir en una transición a una economía de bajas emisiones de carbono.
«Después de la recuperación, los gobiernos deberían procurar adoptar un sistema más integral de presupuestación verde, examinando los incentivos «contaminantes» y «verdes» que ofrecen los presupuestos y ayudando a alinear los presupuestos con las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) y las metas del Acuerdo de París», sumó.
Por otra parte, indicó que los gobiernos también pueden ayudar a movilizar el capital del sector privado si mejoran los marcos de inversión, si ayudan a crear conjuntos de proyectos rentables y si usan el financiamiento internacional de forma eficaz para moderar los riesgos percibidos y reducir el alto costo del capital (esto último sobre todo en las economías de mercados emergentes y en desarrollo).
Asimismo, las políticas del sector financiero, como exigir la divulgación de riesgos relacionados con el clima y el establecimiento de una taxonomía común de los activos verdes y contaminantes, también serían cruciales para canalizar los flujos financieros hacia inversiones sostenibles.
«La reducción de las emisiones puede suponer una mayor inversión inicial necesaria para construir nueva infraestructura, pero esa inversión también reduce los costos ordinarios gracias a la disminución del consumo de combustibles».
Fondo Monetario Internacional.