El curso de la pandemia de COVID-19 podría alterar drásticamente las perspectivas de la economía mundial, tanto para bien como para mal, dijo el martes el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En su último informe de «Perspectivas de la economía mundial» (WEO, por su sigla en inglés), el Fondo proyecta que la recesión mundial será menos pronunciada de lo previsto en junio, con una contracción del 4.4 % en 2020.
Pero ofrece dos escenarios alternativos que dependen en gran medida de si se puede o no controlar el virus:
Escenario pesimista
Si contener el virus resulta más difícil de lo esperado, las medidas para prevenir la propagación empeorarán el lastre para la actividad económica.
Eso causaría un deterioro en el crecimiento global de 2020 de 0.75 puntos porcentuales, y el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2021 solo rondará el 2.2 % frente al pronóstico actual de 5.2 %.
«El impacto negativo en el nivel del PIB es aproximadamente el doble para las economías de mercados emergentes que para las economías avanzadas», ya que tienen menos recursos para gastar, señaló el informe.
Este escenario también asume que se desaceleran los avances en vacunas y tratamientos del coronavirus, lo que «conduce a un deterioro de la actividad en los sectores que dependen fuertemente del contacto (como el ocio y el turismo), con efectos sobre la renta asociados que se extienden a otros sectores», apuntó.
El acceso al financiamiento se restringiría y la debilidad prolongada crearía un «daño persistente a la capacidad de oferta de las economías» y un aumento del desempleo, lo que provocaría «efectos de cicatrización» que se sentirán en 2022 y aún más.
Escenario optimista
El panorama económico mundial podría revisarse al alza si «todos los elementos en la lucha contra la covid-19 mejoran mucho más de lo que se asumía como línea de base», dijo el FMI.
En el mejor de los casos, el crecimiento mundial se acelera gradualmente, y el PIB aumenta aproximadamente 0.5 puntos porcentuales en 2021, o 5.7 %.
El FMI calcula que la pérdida acumulada de PIB para 2020-2025 será de unos $28 billones.
Pero en este escenario, «para 2025, el nivel del PIB mundial está aproximadamente un 2 % por encima de la línea de base, con la mejora en las economías de mercados emergentes casi el doble que en las economías avanzadas», según la entidad financiera.
Eso significaría progresos en tratamientos y en la producción de vacunas, reduciría la tasa de mortalidad, ayudaría a restablecer la confianza y permitiría que los sectores más afectados se recuperaran más rápidamente contribuyendo un mayor gasto en otros.
La recuperación más rápida también conduciría a un menor número de quiebras, con implicaciones positivas para el empleo.