El FMLN abandonó el sistema público de salud durante los 10 años que gobernó El Salvador, y ahora, en período de campaña electoral, su candidato presidencial, Manuel Flores, y los candidatos a diputados de la Asamblea Legislativa utilizan el tema como bandera para ganar electores de cara a los comicios del 4 de febrero y 3 de marzo, señalaron los analistas Mauricio Rodríguez, Marvin De Paz y René Martínez.
Rodríguez recordó que en el primer gobierno del FMLN (2009-2014) fue aprobada la Ley General de Medicamentos con el objetivo de reducir el precio de las medicinas; sin embargo, en la práctica solo fue un mecanismo para favorecer a los financistas que tuvo el partido de izquierda en la campaña electoral.
«Cuando se aprobó esa ley y se creó también la Dirección Nacional de Medicamentos, realmente el beneficio jamás le llegó a la población. Más bien lo que ellos buscaron fue favorecer a los compadres ocultos que en aquel momento tenían y otros afines, allegados a ellos, que eran parte de sus financistas. Eso se tiene que decir porque es parte de la historia», rememoró Rodríguez.
Según el sociólogo, los gobiernos del FMLN se ufanaron de haber implementado un sistema público de salud de calidad y calidez, pero la pandemia por la COVID-19 puso al descubierto las «graves falencias y dificultades» de dicho sistema.
«[En los hospitales públicos] ni siquiera tenían los componentes básicos para resguardar los medicamentos que requerían refrigeración. El tema de las camas para los pacientes era un deterioro total. Aparte de ello, la mala infraestructura, en condiciones tétricas», expresó Rodríguez, y contrastó que el Gobierno del presidente Nayib Bukele «ha dado pasos firmes para subsanar las deudas históricas del pasado» en el sistema público de salud.
Solo en 2020, año en que inició la pandemia, el Gobierno del presidente Bukele invirtió $5.8 millones para remodelar 30 hospitales públicos para atender a los pacientes. Las obras fueron ejecutadas por el Ministerio de Obras Públicas (MOP).
Por su parte, Marvin De Paz, analista político y economista de profesión, señaló que en los gobiernos anteriores ni siquiera hubo un sistema de salud articulado, sino que todas las instituciones trabajaban aisladamente y, además, el común denominador fue la falta de medicinas, la mala infraestructura hospitalaria y médicos mal remunerados.
«En los 10 años de gobierno del FMLN se pudo observar que hicieron muy poco. El hospital Rosales estuvo en total abandono, al igual que muchos hospitales. No mejoraron la red hospitalaria. Fue una política de Estado nefasta, marginadora, incapaz de hacer algo por los salvadoreños», consideró De Paz.
Afirmó que el presidente Nayib Bukele tiene clara su visión de mejorar la salud pública. A finales del año pasado, en cumplimiento a una de sus promesas de campaña, el gobernante inauguró un centro de salud en la isla Tasajera, en La Paz, y también anunció el inicio de las operaciones de la moderna sede del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) en San Salvador.
«El presidente [Nayib Bukele] tiene claro que los hospitales públicos deben ser mejores que los privados. Cuando la pandemia llegó, el presidente recién había asumido el cargo, y con las estrategias que impulsó se logró evitar miles de muertos», dijo el analista.
Destacó que el Gobierno actual también inició el año pasado la construcción del nuevo hospital Rosales. El proyecto es ejecutado por la Dirección Nacional de Obras Municipales (DOM) con una inversión de $61.2 millones, que incluye el equipamiento. Como parte de su campaña electoral, el candidato presidencial del FMLN ofrece la construcción de un nuevo hospital Rosales, a pesar de que el Gobierno ya lo está construyendo.
Para el sociólogo René Martínez, el FMLN se caracterizó por hacer promesas —como mejorar la salud pública—, pero no las cumplió. «En sus años de gobierno no pasó del discurso pseudorrevolucionario en torno a la salud pública y a hacer mil promesas de mejora que jamás se concretaron, y lejos de eso la convirtieron en una salud pública deprimente, en la que importaban más los médicos sindicalizados que los pacientes. Esa fue su herencia en salud pública», afirmó.