La antigua Ruta de las Especias se remonta al tiempo de Marco Polo y sus viajes por Asia, aparejada a la Ruta de la Seda, la de las especias también se abrió paso por Indonesia, Malasia, Sri Lanka, India, Irak, Egipto e Italia para llegar al mundo árabe, romano y griego, esto fue en los primeros siglos a. de C. Unos 1,500 años después, españoles y portugueses siguieron buscando una alternativa para hacer más fácil la obtención y el comercio de las especias, tanto que se dice que Cristóbal Colón comenzó sus viajes con el objetivo de llegar a la India. Aunque el navegante Vasco da Gama ya había abierto una ruta marítima hasta ese lugar en 1497, al bordear África.
Y es que la especia, llamada también condimento, era imprescindible para conservar y dar gusto a los alimentos. La carne, por ejemplo, no tiene ningún sabor sin los condimentos o aderezos, además que se descompone rápidamente, explica Rafael Deras, un joven vendedor del mercado.
En El Salvador, los principales centros de distribución de especias son los mercados, entre ellos el más grande de San Salvador es el mercado Central a donde en numerosos puestos se distribuyen las especias al por mayor y menor, para llegar hasta la mesa de los salvadoreños después de un largo viaje. Por ejemplo, la pimienta, el laurel, el azafrán y la nuez moscada viene desde de la India; la canela, de Ceilán; el jengibre, de China; el clavo de olor, de las islas Molucas y de otros países asiáticos, corrobora Ana Margarita Rodas, de 29 años, que, junto con sus padres y abuelos, tiene uno de los puestos de especias en el edificio 6 donde venden por mayor y menor
Por esto, cada vez que disfrute de su platillo favorito recuerde que los condimentos que le dan gusto han hecho un largo viaje desde Asia hasta su mesa.