A finales del siglo XIX el mundo se transformaba y se abrían más espacios culturales y artísticos. Los cambios que se generaron fueron una influencia para que El Salvador también lo hiciera: comercialización del café, ampliación de la capital, creación del cuerpo de bomberos, transformaciones en educación, agricultura, desarrollo de comunicaciones y la fundación del Museo Nacional de El Salvador.
Un decreto ejecutivo del 1 de febrero de 1883 da vida a la creación del museo; sin embargo es hasta el 9 de octubre del mismo año cuando se funda formalmente, luego de una reunión de las autoridades en el Palacio Nacional.
El decreto presidencial del primer Museo Nacional de El Salvador (publicado en el Diario Oficial No. 239, tomo No. 15 del 16 de octubre de 1883) expresa: «[créase] un museo de productos minerales, botánicos, zoológicos y manufacturados, con una sección de antigüedades, historias y bellas artes».
Desde un inicio, el museo no contó con un local propio. Se mudó en varias ocasiones y algunos de estos espacios ahora están extintos.
Su primera sede fue uno de los pabellones de la Universidad de El Salvador, en el centro capitalino. El lugar, actualmente, es conocido como plaza San José de San Martín. Allí estuvo hasta 1902.
Ese año se traslada a Villa España, antigua residencia de la familia Sagrera, ubicada entre la calle Arce y 7.ª avenida norte. Dos años más tarde, en 1904, se ubica en la Finca Modelo, hoy Zoológico Nacional, donde abrió las puertas de su Primera Exposición Nacional y certamen, con el principal objetivo de abrir una ventana a la agricultura, las artes y las industrias. En 1911 la Secretaría de Fomento ordena su primer cierre.
En 1912 reaparece anexado a la Facultad de Química y Farmacia de la Universidad Nacional, y en 1913 se traslada, nuevamente, a la exfinca Modelo, junto al Instituto de Historia Natural y al Jardín Botánico.
Fue el expresidente Manuel Enrique Araujo quien destinó una parte de los terrenos de la exfinca para que se construyera un jardín botánico, en donde se pudiera reproducir especies florales nacionales y extranjeras para convertirlo en un recinto de investigación, desarrollo de la ciencia y de la enseñanza, esto respondía al art. 5 del Reglamento del Museo Nacional, que establecía la creación de un área botánica y zoológica.
A partir de 1927, el museo ocupó los pabellones de ex casa presidencial. En 1945, recibe el nombre de su primer director, por el centenario de su natalicio, convirtiéndose en el «Museo Nacional David J. Guzmán».
Para 1962 se trasladó hacia un nuevo edificio, frente a la entonces Feria Internacional (hoy Hospital El Salvador) con tres áreas temáticas: Arqueología, Historia y Etnografía.
Debido a los terremotos del 10 de octubre de 1986 y los daños estructurales ocasionados se cerró temporalmente, a partir del 11 de noviembre de 1993 fue demolido en su totalidad.
El actual diseño del museo se debe a un concurso de ideas que se realizó para la construcción de una nueva edificación, en 1996, donde resultó ganador el esbozo del arquitecto Roberto Dada.
El nuevo edificio fue inaugurado en 1999 y abierto al público el 9 de octubre de 2001, donde adquiere el nombre Museo Nacional de Antropología David J. Guzmán.
Primeras colecciones y salas
Las primeras colecciones del museo fueron con productos artesanales, mineralogía, botánica y antigüedades, a través de la recolección y adquisición de objetos. Entre ellas se pueden mencionar: el Monumento 21 de Chalchuapa conocido como «Estela de Tazumal» y el Monumento 23 de Chalchuapa, una efigie de Chac Mool, el Disco del Jaguar o Monumento 1 de Cara Sucia, encontrada en el municipio de San Isidro Menéndez, Ahuachapán.
El museo nacional contiene cinco salas permanentes, divididas en: 1. Migraciones y arraigo, 2. Agricultura, 3. Producción artesanal, industria e intercambio, 4. Entierros prehispánicos y 5. Religión. Además de tres salas para exposiciones itinerantes.
El MUNA posee una biblioteca especializada y una de las hemerotecas más completas del país, así como una sala lúdica donde se proyectan diferentes materiales culturales.
Sala permanente de migración y arraigo
La exposición permanente está distribuida en tres grandes periodos:
Época Prehispánica: Aquí se muestra una línea de tiempo sobre el poblamiento de América, el inicio del sedentarismo, los principales asentamientos prehispánicos en El Salvador y los eventos importantes que marcaron la historia como la erupción del Ilopango. Así como diferentes objetos de barro encontrados en sitios arqueológicos.
Época histórica: Habla sobre el descubrimiento, la conquista, la colonia y la independencia de la república; la llegada de los españoles al actual territorio salvadoreño y la fundación de villas y ciudades. En ella se pueden observar objetos que pertenecieron a personajes importantes.
Época contemporánea: Explica los conceptos básicos sobre el fenómeno migratorio en El Salvador, los compatriotas en el mundo, los motivos de la migración, entre otros. Esta área se desarrolló con ayuda del Ministerio de Relaciones Exteriores, que brindó al museo parte de los objetos en exhibición.
Podrá apreciar las emigraciones de salvadoreños a otros países en diferentes momentos históricos, así como la inmigración de ciudadanos de otros países a El Salvador.
Sala permanente de Agricultura
La sala muestra diferentes técnicas e instrumentos agrícolas ocupados en el territorio nacional a través del tiempo, la dieta alimenticia y los principales productos agrícolas que se han ido desarrollando, su auge y su caída, entre ellos el cacao, añil y bálsamo.
De igual manera, en la época contemporánea, se reflejan las técnicas empleadas en la agricultura, la importancia del maíz y otros cultivos tales como el café, el algodón y el henequén.
Sala permanente de producción artesanal, industria e intercambio en El Salvador
Con el paso del tiempo, los avances tecnológicos permitieron que se crearan sistemas de producción para consumo y distribución de los productos, esta sala presenta a El Salvador como un país de artesanos desde la época prehispánica.
Se observa en ella diversas piezas artísticas diseñadas con materia prima características de tierras salvadoreñas, el arte indígena y el comercio a grandes distancias. También se logra observar el cambio de técnicas de manufactura de productos, la introducción de maquinarias y nuevos oficios adoptados por los indígenas.
Sala permanente de religión
Se detalla la cosmovisión de los pueblos prehispánicos hacia sus dioses, el misticismo de los sacrificios y la muerte. Se muestra la introducción del catolicismo y sus diferentes manifestaciones. En la época contemporánea se presenta la diversidad de religiones y la libertad de culto que surge de la tolerancia religiosa que existe en el país.
También existe una sala dedicada a la historia de la Iglesia Católica a través del tiempo, así como elementos que pertenecieron a ella.
Sala de entierros prehispánicos
Es la más reciente de las salas permanentes. Se inauguró en enero 2016 y exhibe más de 170 piezas de las Colecciones Nacionales de Etnografía y Arqueología. Muestra cómo han sido los entierros prehispánicos en el periodo preclásico, clásico y posclásico.
De igual manera, se explica el surgimiento de la concepción de la muerte, las prácticas funerarias y la permanencia de algunas de ellas actualmente.
Los murales del museo
La batalla de Acaxual
Fue creado por José Mejía Vides con la técnica vinilita-acetato de polivinilo y representa un momento histórico e importante del país. La batalla de Acajutla quedó registrada en las cartas de relación de Pedro de Alvarado a Hernán Cortés, donde relata que en el año 1524 en el lugar tiene una de las grandes batallas donde hay una resistencia increíble de parte de los indígenas y él es herido, quedando cojo. En otras de sus cartas, detalla que debido a su lesión en la siguiente batalla, en Tacuzcalco, se mantuvo aislado y viendo desde un cerro la lucha.
Explotación campesina
Creado por José Mejía Vides con la técnica vinilita-acetato de polivinilo, este mural muestra la alegoría de la esclavitud, donde los personajes de escala monumental se enfrentan a la explotación respresentada por un personaje que esgrime un látigo. En las obras del autor se percibe diferentes valores etnográficos, antropológicos y botánicos propios de la época de creación. Este mural, al igual que «La batalla de Acaxual», fue extraído y removido del ex cine Libertad y colocados en el lugar.
200 años de lucha por la emancipación en El Salvador
Del autor Antonio Bonilla fue creado con la técnica óleo y acrílico bajo la corriente del expresionismo y surrealismo, e influencias del arte precolombino. La obra es un abordaje relacionado con diferentes hechos importantes acontecidos en el país como la batalla de los Nonualcos, el grito de independencia, el conflicto armado, el proceso de paz, entre otros. Cada imagen posee su historia, según la interpretación que el artista le dio.