Poderosos incendios arrasan comunidades enteras de las afueras de Los Ángeles, con un balance de al menos cinco muertos, varios heridos y decenas de miles de personas evacuadas, dijeron este miércoles las autoridades, que temen que el número de fallecidos vaya en aumento.
«Más temprano habíamos reportado dos fatalidades, y desafortunadamente aumentó para cinco a medida que avanzamos en el área», dijo en entrevista con la radio KNX, Robert Luna, el sheriff del condado de Los Ángeles, en la costa oeste de Estados Unidos.
«Estoy rezando porque no encontremos más, pero no creo que sea el caso».
Las muertes se registraron en el incendio Eaton, en Altadena, un suburbio vecino de la ciudad de Pasadena, al norte de Los Ángeles, donde las llamas quemaron casi 4.300 hectáreas.
«Hemos tenido unas 22 horas brutales en Pasadena», dijo en rueda de prensa Miguel Márquez, funcionario de la municipalidad.
Los bomberos «encontraron oscuridad, fuego y vientos de 80 millas por hora (128,7 kilómetros)», agregó Márquez.
Chad Augustin, jefe de los bomberos de Pasadena añadió que los efectivos pasaron la noche «sacando gente de edificios en llamas, de las calles y de los vehículos, cuando no tenían forma de evacuar. Nuestro balance letal sería mucho mayor sin sus acciones heroícas».
En la localidad, William Gonzales evacuó su casa en Altadena en la madrugada, y regresó horas más tarde apenas para ver los restos de lo que fuera su hogar.
«Aquí era nuestra vivienda con mis hermanas y lo hemos perdido todo prácticamente, las llamas han consumido todos nuestros sueños de años aquí. Quedó vuelto cenizas todo acá», dijo a AFP.
Jesse Banks, otro vecino de la comunidad, consiguió escapar de las llamas pero la tarde de este miércoles no había podido encontrar a su hijo que también huyo del infierno.
«He vivido en esta área por 20 años y hemos visto incendios en las montañas, pero nunca nada como esto.