Uno de los aspectos más conocidos de la reina Isabel II siempre fue su amor por los perros, desde que su padre le regalara, al cumplir 18 años, a su primer perrito corgi: Susan, quien fue una especie de «amor a primera vista» para ella, incluso la llegó a acompañar a su luna de miel con Felipe de Edimburgo.
Sin embargo, según información del Huffpost, retomada desde la BBC, durante su vida la reina Isabel tuvo alrededor de 30 perros, a los cuales dedicó tiempo, cariño, y una relevancia que, según se dice, Diana de Gales llegó a llamarlos como «alfombras andantes».
Y no solo eso, de acuerdo con la BBC, Susan es el inicio de un extenso árbol genealógico de perritos que recibieron nombres un tanto divertidos por parte de la reina, como bebidas alcohólicas o también de dulces, reflejando así su sentido del humor. Los primeros cachorros de Susan fueron llamados Sugar y Honey.
El linaje de los perros habría llegado hasta el perro llamado Willow, el cual falleció en 2018, según el esquema de la BBC, sin embargo, Huffpost asegura Vulvan fue el último corgi que tuvo la reina, el cual murió hace dos años. Sin embargo, también se menciona que existió una llaza llamada dorgi, la cual habría surgido de una relación «ilícita» entre Tiny, un corgi de Isabel, y Pipkin, el perro salchicha de su hermana Margarita.
Tras la muerte de Willow, la reina dejaría de criar a los corgis. Sus últimas mascotas fueron una perrita llamada Candy, y una cocker spaniel inglesa, llamada Lissy.