Hablar de Picasso es sumergirse en las diferentes etapas de sus periodos: azul, rosa, blanco y negro, el cubismo, el surrealismo, la abstracción, entre otros.
Con los años, este artista gana vigencia en el mundo de la plástica, y al ver algunas de sus series se puede observar su capacidad para plasmar el amor, la política, la amistad. Y es que, Picasso no deja de sorprender.
Para conocer más de cerca sus obras, el Ministerio de Cultura, la embajada de España y la Fundación Universitaria Iberoamericana (Funiber) inauguraron, a finales de noviembre, la exposición «Picasso. Aún sorprendo», en la Sala de Exposiciones San Jacinto.
El acto estuvo presidido por la ministra de Cultura, Mariemm Pleitez; el viceministro de Cultura, Eric Doradea; el embajador de España en El Salvador, Carlos de la Morena Casado, y la directora internacional de Funiber, Marta Escolá.
La muestra se encuentra dividida en tres colecciones completas: «Bailarines», que incluye 14 grabados sobre cuero con dibujos de danzantes; «Geneviève», compuesta por 12 obras sobre papel del Japón, y «Los azules de Barcelona», una colección de 11 obras editada para la inauguración del Museo Picasso en Barcelona.
En la colección «Los bailarines» se observa la soltura de la mano al dibujar, la síntesis del trazo y el dominio de la técnica. La mayoría de modelos utilizados son masculinos, los cuales están en posturas libres y casuales, pero relacionadas a una postura preparada para la danza.
La colección «Geneviève» se resalta por ser los dibujos presentados para su amante, Genevieve Laporte, su joven pareja durante un verano en Saint Tropez, posterior a la separación de su primera esposa. En ella se puede ver a una mujer desnuda, de medio cuerpo, de frente y de perfil. Aunque también tiene dibujos espontáneos, decorativos y poco conocidos.
En esta misma serie se presenta dos dibujos facsímiles de «Las mujeres de Argel», una colección producida en Francia en 1955, en el Estudio La California.
«Los azules de Barcelona» son las litografías más antiguas de la colección. Una carpeta editada en 1963, para la inauguración del Museo Picasso en Barcelona, dirigido por Sabartes, el secretario del artista. Las imágenes pertenecen a la serie «azul».
La exposición está abierta al público hasta el 25 de abril de 2022, de miércoles a domingo, en horarios de 10 a. m. a 4 p. m. La entrada es gratuita.
«El entierro del conde de Orgaz» y «La flauta doble»
La Sala Nacional de Exposiciones Salarrué también alberga dos grandes exposiciones del artista malagueño. Una de ellas es «El entierro del conde de Orgaz», la cual comprende 13 grabados originales que rinden un homenaje satírico a la obra pictórica del Greco, un artista español de origen griego, del siglo XVI, a quien Picasso admiraba.
«La flauta doble» es una serie de 16 grabados inspirada en la mitología griega, donde se pueden observar seres mitológicos como el fauno y el minotauro.
Según el libro de Federico Fernández Diez sobre Picasso, en «La flauta doble» el artista encontró «un álter ego al que recurre para liberar sus obsesiones vitales, emocionales o sexuales mediante los arquetipos presentes en los mitos clásicos».
En cuanto a los minotauros y faunos, para el escritor, simbolizan la inadaptación a una realidad extraña y frustrante: «son los años del turbulento final de su relación con Olga Koklova y de su apasionado romance con Marie-Thérése Walter, quien se va a convertir en referencia central de la obra de Picasso durante esas décadas».
En total, son 28 las obras que están en exhibición, y las creó Picasso durante su última etapa de vida, la cual se caracteriza por tener un lenguaje apasionado y lleno de simbolismos.
En la presentación se destaca la obra «El retrato de Jackelin», con el cual homenajeó a su esposa Jacqueline Roque.
Esta exhibición estará abierta al público hasta mañana domingo (12 de diciembre), en la Sala Nacional de Exposiciones Salarrué, ubicada dentro del parque Cuscatlán en el horario de 9 a. m. a 4 p. m. La entrada es gratis.