«Es una gran manifestación hermosa de fe después de dos años que no podíamos salir por causa de la pandemia», con esas palabras el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, se refirió a la devoción con que la feligresía católica ha participado en las diferentes actividades religiosas de los festejos patronales en honor al Divino Salvador del Mundo y que hoy abarrotaron, pese a la lluvia, la procesión y posterior transfiguración del patrono.
Esa devoción a la que se refiere el prelado se puso de manifiesto durante toda la procesión de la imagen del patrono, la cual salió de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús en su recorrido a la Catedral Metropolitana, donde se realiza la Transfiguración.
Y fue saliendo la imagen y con ella se vino una fuerte tormenta, que no impidió que la feligresía acompañara el recorrido, incluso sin sombrillas, cantando y aplaudiendo el paso de la marcha que, para Escobar Alas, es muestra de la enorme fe del pueblo salvadoreño.
El arzobispo católico también resaltó el tema de seguridad con la que se han vivido los festejos en honor al Divino Salvador del Mundo.
«La seguridad ha mejorado mucho, todos lo dicen y eso nos beneficia a todos, definitivamente», sostuvo el líder religioso.
Así como la lluvia no cesó, tampoco cesó el acompañamiento de la feligresía católica en el recorrido de la procesión, que se acentuó frente a la fachada de la Catedral, donde miles de salvadoreños volvieron a vivir la Transfiguración del Divino Salvador del Mundo y al que pidieron por la nación que lleva su nombre.
En el mensaje en honor al Divino Salvador, el cardenal Gregorio Rosa Chávez reflexionó en que el lema de las Fiestas Agostinas consta de «esperanza y martirio». «Divino Salvador del Mundo, ilumina nuestro caminar con la esperanza de nuestros mártires», pronunció el cardenal. Además, se unió en solidaridad con la iglesia de Nicaragua ante el hostigamiento del Gobierno de Daniel Ortega, con el asedio a religiosos y el cierre de varias emisoras católicas.