El déficit fiscal de El Salvador se redujo en 46.4 % en 2022, una diferencia de $746.19 millones respecto al año anterior, sostenido principalmente por un fuerte crecimiento en los ingresos tributarios, lo que refleja la recuperación que han tenido las finanzas del Estado tras la pandemia por Covid-19.
En 2020, el país experimentó una caída en los tributos, debido al cierre de la economía por la pandemia, lo que hizo que a diciembre de ese año el déficit llegara a una cifra récord de $2,498.41 millones, según datos del Banco Central de Reserva (BCR).
Luego, en 2021, la brecha entre gastos e ingresos se redujo en $891.96 millones (-35.7 %), situándose en $1,606.45 millones, producto de un incremento en la recolección de impuestos, que llevó a El Salvador a posicionarse en ese año como la nación con la recaudación más alta de América Latina, con $6,064.2 millones en ingresos y contribuciones.
Para 2022, la tendencia de disminución continuó y el déficit se posicionó en $860.26 millones; la razón de la reducción también tuvo que ver con el robustecimiento de las arcas del Estado.
El Ministerio de Hacienda (MH) informó que en 2022 se recolectaron $737 millones más que el año 2021, y la meta de ingresos se superó en $252.7 millones.
«[Los ingresos tributarios de 2022] fueron casi un 13 % más de lo que recaudamos en 2021, que fue un año bueno. El 2021 lo cerramos como el país que más recaudó del Producto Interno Bruto a nivel de porcentaje en Latinoamérica, y creemos que en 2023 seguiremos siendo líderes en la región», apuntó en una reciente entrevista, el titular del MH, Alejandro Zelaya.
Fitch reconoce reducción de déficit fiscal
La calificadora de riesgo Fitch Ratings reconoció en un informe del 2 de febrero la reducción del déficit fiscal del país, la cual consideró que fue «impulsada tanto por una sólida recaudación de impuestos como por un aumento limitado del gasto».
«Fitch estima que el déficit fiscal del Gobierno alcanzó el 2.7 % del Producto Interno Bruto (PIB) en 2022, por debajo del 5.7 % en 2021 y el 10.1 % en 2020 […] La posición fiscal se ha beneficiado de la inflación, el repunte económico posterior a la pandemia, las medidas contra la evasión que impulsaron los ingresos del gobierno junto con una reducción de los subsidios que alivió las presiones de gasto», indicó.
A la vez, consideró que la brecha se mantendrá en niveles similares en 2023 y 2024.