La Fuerza Armada es una institución centenaria, ya que fue creada por el general Manuel José Arce el 7 de mayo de 1824 con el nombre de Legión de La Libertad del Estado del Salvador, con la misión de combatir las invasiones que sufrió el actual Estado de El Salvador en los primeros años de independencia.
Esta institución castrense ha sabido estar a la altura de las necesidades y emergencias que la república ha sufrido durante los siglos XIX, XX y XXI, convirtiéndola en una de las instituciones más queridas y mejor evaluadas por la población civil por la empatía que ha entrelazado con los salvadoreños. Esto gracias a que es una institución permanente al servicio de la nación; además, es obediente, profesional, apolítica y no deliberante, siendo su misión la defensa de la soberanía del Estado y la integridad del territorio.
En la actualidad está estructurada orgánicamente por el Ejército, Fuerza Aérea, Fuerza Naval y las Unidades de Apoyo Institucional; siendo su composición y organización sus organismos superiores encabezados por la Comandancia General de la Fuerza Armada, la cual puede disponer de la FAES para el mantenimiento de la soberanía, orden, seguridad y tranquilidad de la república.
Desde 2019, la historia salvadoreña recordará a la FAES gracias a su legítimo y constitucional rol, colaborando en obras de beneficio público, con el fin de auxiliar a la población en la actual guerra contra las pandillas, convertidas estas en una insurgencia criminal que estaba enquistada en amplias porciones del país, por la corrupción e incompetencia de gobiernos anteriores.
Por tanto, uno de los grandes aciertos del presidente Bukele fue usar de manera estratégica a la FAES para combatir a las pandillas, desplegando varias fuerzas de tarea en todo el país, realizando patrullajes preventivos junto a la PNC, garantizando la seguridad de la población civil, a fin de mantener a la baja el accionar delictivo y promover un clima de seguridad a las actividades comerciales, laborales y de turismo que desarrolla la ciudadanía.
Toda esta labor realizada por la FAES tiene un sustento legal que viene directo del mandato constitucional ordenado en el artículo 211, que expresa que la FAES es una institución permanente al servicio de la nación, así también en el artículo 212 se aprecia sin equívoco que su misión es la defensa de la soberanía del Estado y la integridad del territorio; y es muy importante ver que el presidente de la república puede apoyarse para mantener la paz interna, como legítimamente se está haciendo.
Ante esa obligación constitucional del presidente Bukele se apoya en la FAES en lo referente a la defensa nacional, siendo este un objetivo fundamental y una obligación indelegable e ineludible del Estado, siendo parte activa de la seguridad nacional para que el país mantenga el desarrollo nacional necesario que permita a sus habitantes el goce de los derechos establecidos en los artículos 1 y 2 de la Constitución.
Para cumplir con esos nobles objetivos, la FAES desarrolla y mantiene un sistema de defensa nacional moderno y adecuado a la realidad de El Salvador, que permite contribuir al mantenimiento de la paz y la seguridad certificando la inviolabilidad de la soberanía nacional.
El presidente Bukele, al saber que tiene una FAES respetuosa de la institucionalidad, defensora de los DDHH y garante de la Constitución de la República, está enfocado en elevar el nivel de alistamiento operacional de las tropas a través del adiestramiento, logrando mejorar y adquirir equipo técnico para el desarrollo de las diferentes actividades. Pues la FAES trabaja interinstitucionalmente con los demás ministerios y carteras del Estado apoyando a la seguridad pública.
Hay esperanza de que el Estado salvadoreño derrotará las acciones terroristas de la insurgencia criminal de las pandillas gracias a las operaciones conjuntas que integran el Plan Control Territorial, dando resultados efectivos que la población siente al verse protegida y segura. Por eso existen Grupos Conjuntos de Apoyo a la Comunidad, manteniendo presencia en centros escolares, disminuyendo los índices delincuenciales, a fin de evitar la deserción estudiantil en los centros escolares y los desplazamientos forzados ocasionados por el acoso de terroristas.
Gracias al liderazgo del presidente Bukele y la gran labor de la FAES se está venciendo a los terroristas, quienes al ser insurgentes criminales desestabilizaban y pactaban a los gobiernos del pasado a través de cuotas de asesinatos. Hoy, tanto voces a favor como disidentes y opositores afirman que el Estado está ganando la guerra contra las pandillas, sin necesidad de rendirse o entregar la soberanía a los terroristas. Por eso es importante mantener intacta la seguridad nacional, pues es el conjunto de acciones permanentes que el Estado propicia para crear las condiciones que superan situaciones de conflictos, perturbaciones a la tranquilidad pública, catástrofes naturales y aquellas vulnerabilidades que limitan el desarrollo nacional y ponen en peligro el logro de los objetivos nacionales.
En conclusión, la FAES goza de la aprobación, estima y reconocimiento de la sociedad salvadoreña honrada gracias a su profesionalismo y el cabal cumplimiento de su rol constitucional en esta nueva etapa de la historia salvadoreña. Gracias a que se redujo el número de homicidios y se recuperaron territorios dominados por las pandillas, permitiendo a la FAES tener un acercamiento con la población civil, generado a través de las relaciones civiles y militares, en las cuales ha quedado patentado el profesionalismo de la FAES por medio de sus acciones en pro de los salvadoreños honrados y vulnerables, creando en la población una idea y sensación de vivir en seguridad, paz y armonía, mientras mantiene la guerra contra las pandillas, pues estas perturbaron el orden público gracias a la complicidad de sus apologistas, ONG, etcétera, que se beneficiaban de la economía criminal.
Estas acciones en beneficio de la población salvadoreña tienen el respaldo legal y la legitimidad expresadas en la Constitución de la República de El Salvador vigente desde hace 40 años, en 1983. Por lo tanto, se asegura que la FAES está cumpliendo la misión de defensa de la soberanía del Estado y la integridad del territorio.