El alcalde de San Salvador, Mario Durán; el presidente de la Asamblea Legislativa, Ernesto Castro; y la ministra de Vivienda, Michelle Sol, fueron parte de algunos de los funcionarios del Gobierno y diputados del Órgano Legislativo que se hicieron presentes este sábado a la Plaza Divino Salvador del Mundo para la beatificación del sacerdote Rutilio Grande y sus acompañantes mártires Nelson Rutilio Lemus y Manuel Solórzano, así como el sacerdote Cosme Spessotto.
De igual manera, el vicepresidente de la República, Félix Ulloa, se hizo presente a la misa que presidió el Cardenal Gregorio Rosa Chávez y en la que oficialmente se consolida el ascenso a los altares de la Iglesia Católica de los cuatro mártires salvadoreños, destacando así su vida y legado en la b´úsqueda de un mejor país en una época marcada por la violencia y la intolerancia social.

El proceso de beatificación del sacerdote Rutilio Grande, el fray Cosme Spessotto y sus acompañantes mártires Nelson Rutilio Lemus y Manuel Solórzano tuvo un principal interés por parte del Papa Francisco y contó con una dedicación especial por parte del Vaticano, reconociendo el legado que han dejado en El Salvador, según señaló monseñor Rafael Urrutia, canciller vicepostulador y coordinador de la comisión de beatificación.
Urrutia explicó que el proceso inició en marzo de 2015, mientras se realizaban los preparativos para la beatificación de San Óscar Romero. Urrutia destacó que el Arzobispo de San Salvador, monseñor Escobar Alas, pidió que se iniciara el proceso de canonización del padre Rutilio Grande, el cual comenzó, oficialmente, en abril de 2015.
El monseñor señaló que el proceso había iniciado con Rutilio Grande. Sin embargo, el Vaticano señaló que no podía dejarse de lado la obra y legado del fray Spessotto y los dos mártires salvadoreños, por lo que el proceso acabó ampliándose y abarcando a los cuatro para esta beatificación y ascenso a los altares.

