El Gobierno de El Salvador continúa monitoreando las 24 horas del día la actividad sísmica en Conchagua, en la Unión Sur, en donde se han registrado 170 réplicas entre el pasado jueves y este viernes, según informó el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), Fernando López, en entrevista en Frente a Frente.
Este esfuerzo incluye el uso de tecnología avanzada y la coordinación entre las instituciones responsables de la gestión de riesgos, con el objetivo de prevenir incidentes y proteger la vida e integridad física de la población.
El ministro López, informó que a la fecha se contabilizan 786 sismos, de los cuales 155 han sido sentidos por la población.
«La mayoría de los sismos que tenemos en el país ocurren bajo la costa; es decir, bajo el lecho marino, entre 30 a 60 kilómetros de profundidad. También, son a 40 a 50 kilómetros de la costa. Estos (sismos en Conchagua) han sido en tierra», explicó el titular del MARN.
La actividad sísmica en Conchagua inició a partir de un temblor de 5.8 grados que sacudió al distrito el pasado domingo 8 de diciembre. Según el ministro López, esta actividad se debe a fallas locales, y que no proviene de causas volcánicas.
«Un sismo precursor da origen al movimiento que sucede bajo la tierra y este activa las fallas, por lo que sigue temblando (…) Se han tenido secuencias similares en Tacuba y San Vicente, ahora en Conchagua. Como Ministerio de Medio Ambiente estamos informando cuando están sucediendo estos eventos, pero los equipos del Gobierno se han desplazado a la zona para atender cualquier eventualidad», dijo el titular del MARN.
«El evento de mayor magnitud ocurrió el lunes 9 de diciembre a las 7:46 a. m., que tuvo una profundidad de 11.4 kilómetros, eso hace que se sienta más fuerte el movimiento telúrico, porque está más cerca y a menor profundidad», explicó el ministro.
El titular de Medio Ambiente indicó que en la zona se ha desplegado personal de las instituciones que conforman el Sistema Nacional de Protección Civil para monitorear la situación y atender las eventualidades que pudieran registrarse, como parte del trabajo para garantizar el bienestar de la población.