El accidentado ritmo de vacunación que maneja Guatemala para proteger a 10.7 millones de habitantes (población meta) de la COVID19 tardaría en completarse casi tres años, de acuerdo con el seguimiento que hace la organización Laboratorio de Datos GT.
La campaña de inoculación araña el 7 % de avance, en medio de una molestia por la escasez del fármaco.
Además, la estrategia de comunicación que ha decidido seguir el Ministerio de Salud ha dejado por fuera a las zonas en las que predominan los idiomas mayas.
Del total de población que ya ha logrado vacunarse, el 80 % corresponde a personas que viven en el área urbana y que tienen alto nivel de escolaridad, de acuerdo con lo que hicieron ver diputados a la ministra de Salud, Amelia Flores, en una citación la pasada semana.
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La mayoría de las vacunas que se han comprado son de Sputnik V, de las cuales el Gobierno ha adquirido 8 millones de Rusia, pero solo ha logrado que se le entreguen 150,000. El contrato con Pfizer-BioNTech se ha completado en un 30 % y falta por recibir más de 4 millones de dosis.
Apenas el pasado jueves el Ejecutivo presentó ante el Congreso una iniciativa de ley que podría facilitar la compra de más vacunas en el futuro. Esta propuesta pretende cumplir el requerimiento de las farmacéuticas de quedar eximidas de responsabilidades en caso de reacciones secundarias adversas.
«Estamos hartos de que el presidente [Alejandro Giammattei] le eche la culpa a la población de su incompetencia. Usted decía que no le gustaba que comparen con El Salvador porque tienen legislación diferente; ustedes tienen mayoría en el Congreso. Utilicen esas mayorías para tener legislación actualizada que permita avanzar al plan de vacunación. No discriminen con el plan. Ya suficiente racista es este Estado», dijo el martes el diputado Samuel Pérez Álvarez, de la Bancada Semilla, a la ministra de Salud.
En las fases y subfases que conforman el plan de vacunación, apenas esta semana se comenzó a incluir a los maestros. Y de los mayores de 70 años, el grupo que más dolores de cabeza causó a la gestión del presidente Giammattei, se avanzó hasta el 31 % antes de abrir la fase de 65 a 69 años, la cual ha avanzado a un 27.46 %. El último grupo habilitado, de 50 a 59 años, se ha cubierto hasta el 13.68 %. «La plataforma [para registrarse] está siendo una barrera de acceso. No está haciéndole la vida fácil a la población. Las personas que no hablan español son las que menos acceso están teniendo a las vacunas», afirmó Lucrecia Hernández, del Movimiento Semilla.
El Ministerio de Salud ha respondido que se han seguido aperturando fases sin mostrar antes un avance significativo en las etapas anteriores por riesgo a que las pocas vacunas de las que se disponen caduquen. Hasta el pasado jueves, 727,397 personas habían sido inoculadas.
«Estimamos un total de 514,194 personas pendientes de la segunda dosis de la vacuna [431,000 de AstraZeneca y 83,000 de Sputnik]», dice el seguimiento de Laboratorio de Datos.
Había en el país 271,046 dosis disponibles (204,409 de AstraZeneca y 67,000 de Sputnik V) hasta el 22 de junio. El ritmo reportado por la organización que monitorea datos de la población comprueba que el departamento de Guatemala concentra la mayor parte de la atención de parte del Ministerio de Salud, con el 12.6 % de su población ya vacunada.
Le sigue Quetzaltenango, con el 8.4 %. Totonicapán y Sololá son los departamentos que reportan menos avance, con menos del 2.6 % de su población vacunada. En Guatemala ya suman 9,050 muertos por la COVID-19.