Una calle de tierra que denominan La Frontera divide los territorios del Barrio 18 de los de la Mara Salvatrucha (MS-13) en Chamelecón, una zona caliente de San Pedro Sula, Honduras, donde las pandillas aterrorizan.
Las refriegas entre ambas bandas eran frecuentes, pero el refuerzo de policías llevó tranquilidad, según pobladores. En momentos en que El Salvador libra una guerra contra esas organizaciones, con detenciones masivas de sospechosos, Honduras también ha iniciado su propia lucha.
Es una tarea difícil. La semana pasada, pandilleros de la MS-13 mataron a un hijo del expresidente Porfirio Lobo y tres acompañantes mientras salían en dos vehículos del estacionamiento subterráneo de un edificio donde habían estado en una discoteca. Seis sospechosos fueron arrestados.
En un intento por expandir su territorio, la semana pasada el Barrio 18 cruzó La Frontera y, del lado de la MS-13, disparó ráfagas de ametralladora para dar un ultimátum a los vecinos para que desalojaran el lugar. Diez familias se marcharon.
La Policía reforzó su presencia en el lugar, aunque estas personas no han vuelto a sus hogares. De noche, policías civiles y militares montan retenes en las calles, entre viviendas amuralladas de concreto y hierro, con las puertas cerradas. Muy pocos autos circulan.
Durante el día patrullan en carros, motocicletas o a pie, siempre apertrechados con armas largas, chalecos antibalas y cascos de guerra. «Aquí, en el sector donde nos encontramos, le denominan La Frontera. Se ha determinado así porque […] por un lado está la MS-13 y por el otro lado está la pandilla 18», expresó el jefe de la Policía Militar de Orden
Público (PMOP) en la zona, mayor Maximiliano Villaelvir.
Debido al incidente con el hijo del expresidente «se reforzó con otras unidades [policiales y militares] el sector de Chamelecón. También en Tegucigalpa se están haciendo los patrullajes más intensivos», agregó.
La Policía detalló que tiene unidades especiales trabajando con la Fuerza Nacional Antimaras (FNAMP) en operaciones contra las pandillas «para contrarrestar el índice de homicidios debido a que está detectado que dicha agrupación criminal está detrás de la mayoría de las muertes» en las últimas semanas.
«Las investigaciones preliminares dan a conocer que estos individuos estaban planificando otros homicidios múltiples», subrayó la Policía.
De acuerdo con las autoridades, la tasa de homicidios en Honduras, una de las mayores de Latinoamérica, pasó de 38.9 asesinatos por cada 100,000 habitantes en 2020 a 41.7 en 2021, aunque proyectan una disminución en 2022.