Guillermo Jovel, residente de Aguilares, apareció de manera repentina en la tribuna del estadio José Gregorio Martínez, de Chalatenango. Lleva una vincha amarilla en su cabeza en la que se lee el nombre del equipo de sus amores: CD Platense. Busca refugio ante al aguacero que recibe en galas a los hinchas en el recinto norteño.
La memoria ahora traiciona a Jovel, quien debe auxiliarse de unas muletas para poder moverse de un lugar a otro, tras un accidente de tránsito hace 20 años. No recuerda a precisión el tiempo que lleva con su respaldo para los gallos, que empataron 2-2 contra Chalatenango, en su retorno al circuito de honor del balompié cuscatleco, el sábado. Su padre era de Zacatecoluca, sede de los gallos, y por esa razón apoya a los viroleños.
«Le ha costado a Platense poder llegar a liga mayor. Tuvo que esperar 41 años y como señal se vino la lluvia a Chalatenango. Felicito a toda la gente que ha venido al estadio para ver nuestro primer partido en primera, luego de 41 años. Es una vida completa la que tuvo que esperar la gente de Platense para volver a ver al equipo en liga mayor. Yo siempre he estado pendiente de Platense», aseguró Jovel, en plática con «Diario El Salvador».
Posteriormente, la lluvia empezó a ceder en el Gregorio Martínez. Jovel toma sus muletas y baja a la primera fila de asientos. Se pide un pan preparado y se acomoda. Su rostro refleja que está a gusto, porque está viendo a uno de sus amores: Platense. El juego terminó y baja casi a escala de cancha. Ahí va a escuchar el avivamiento de la barra organizada de Platense.
«Gracias a Dios estoy vivo después del accidente de tránsito. Fue hace dos décadas. Yo conducía una motocicleta. Un amigo que venía conmigo murió. Yo me rebusco y mi familia y mis amigos me regalan para venir a ver el fútbol. Siempre vengo. Pagué localidad de sombra, pero me dieron acceso a tribuna, para que estuviera cómodo y no me mojara más de la cuenta», dijo Jovel , en una charla con este medio.