Drones de inspección detectaron una posible segunda brecha en un estanque de una antigua planta de fosfato que amenaza colapsar y verter cientos de miles de litros de agua contaminada sobre las casas cercanas y la bahía de Tampa, informaron autoridades de Florida el lunes.
«Un dron infrarrojo identificó una señal que podría indicar una segunda brecha en el estanque sur de Piney Point», dijo Jake Saur, director de seguridad pública del condado de Manatee, en la costa oeste de este estado de Estados Unidos, en conferencia de prensa.
Los ingenieros están evaluando la nueva situación, agregó Saur, mientras continúan los desalojos en el área de la bahía de Tampa ante la amenaza de que la balsa de la antigua planta de fosfato de la localidad de Piney Point inunde el área con millones de galones de agua contaminada.
Los expertos continúan bombeando el agua fuera de la balsa a un ritmo de 35 millones de galones por día (132.000 m3).
El administrador interino del condado de Manatee, Scott Hopes, estimó el lunes que actualmente hay unos 300 millones de galones de agua en la balsa, que antes de la brecha contenía 480 millones, detalló el diario local Tampa Bay Times.
El agua contaminada está siendo vertida a la bahía de Tampa en un esfuerzo por evitar una inundación en el área que podría significar un desastre mayor, a pesar de que la solución también amenace colapsar una delicada ecología de la que dependen la vida marina y el turismo.
El representante republicano de Florida Vern Buchanan dijo que estaba «muy preocupado» y llamó a la agencia federal de protección medioambiental (EPA) a involucrarse en la emergencia.
«Odio ver lo que está pasando», declaró. «Por esto quiero que EPA se involucre también, porque probablemente tienen lo mejor en términos de recursos».
Fertilizantes a la bahía
Los residentes de más de 300 casas próximas a la mina abandonada, en el condado de Manatee, desalojaban la zona luego de la orden de evacuación del fin de semana.
Una de ellos, quien se identifica en Twitter como Missy Genneken, escribió que había decidido en cambio quedarse y asumir el riesgo.
«Hemos optado por quedarnos en casa debido a nuestra distancia del estanque», tuiteó. «No nos sentimos cómodos dejando a los animales solos. Tenemos nuestros camiones empacados y listos para irnos si es necesario».
También fue desalojado el primer piso de la cárcel del condado, informaron las autoridades. Unos 345 reos fueron transferidos en autobús a un lugar que no fue divulgado, mientras el resto fue trasladado junto al personal al segundo piso de la prisión con poco más de 1.000 reclusos.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, declaró el sábado el estado de emergencia en tres condados en el área de la bahía de Tampa para liberar fondos y enfrentar la crisis.
Evitar exitosamente la potencial inundación del área circundante a la antigua planta de Piney Point puede significar que toda el agua contaminada vaya a dar en cambio al mar.
Si esto ocurre, «sería como verter de golpe 50.000 sacos de fertilizante a la bahía», dijo Ed Sherwood, director del Tampa Bay Estuary Program, al diario Tampa Bay Times.
DeSantis dijo el domingo que las aguas residuales «cumplen con los niveles de calidad del agua para las aguas marinas», aunque tiene cantidades excesivas de fósforo y nitrógeno.
Las algas marinas crecen muy rápido en esos elementos, y los grupos ambientales temen que una descarga en el océano de miles de miles de litros de estas aguas ricas en nutrientes puedan originar una mortífera «marea roja» o explosión de algas, que afecte seriamente no sólo la vida marina sino además la actividad turística.