Con las elecciones a la vuelta de la esquina, Donald Trump y Kamala Harris viajaron este viernes a Milwaukee, en el estado muy disputado de Wisconsin, para intentar convencer a los votantes indecisos.
El magnate, de 78 años, pasó también por Dearborn, en Míchigan. Es la ciudad estadounidense con más población de origen árabe, un electorado que se ha distanciado de los demócratas por el apoyo del Gobierno a la guerra librada por Israel en Gaza.
Bishara Bahbah, presidente de la organización Arab Americans for Trump (Árabes estadounidenses a favor de Trump), confirmó a la AFP una reunión en un lugar que se mantiene en secreto por motivos de seguridad. Lo calificó de «asunto local» con la asistencia de unas 40 personas.
En Milwaukee, la vicepresidenta y candidata demócrata se apoyó en la rapera Cardi B, después de haber obtenido el respaldo de Beyoncé, Bruce Springsteen, Jennifer López y la superestrella del baloncesto LeBron James.
Wisconsin es un paradigma de lo impredecibles que pueden ser estas elecciones. Junto con Pensilvania y Míchigan forma el «muro azul», el color de los demócratas, es decir, se supone que pueden impulsar al candidato de este partido a la Casa Blanca. Pero eso era antes de la irrupción del expresidente republicano Donald Trump en política.
Este estado se inclinó por Trump en 2016 y por su sucesor, el demócrata Joe Biden, en 2020, con menos de un punto porcentual de diferencia cada vez.
El millonario regresó al lugar, donde en julio fue coronado como el candidato presidencial de su partido en la Convención Nacional Republicana, con una oreja vendada tras haber resultado herido en un intento de asesinato. Entonces, las encuestas le eran favorables, al salir reforzado del atentado y de un debate desastroso con el excandidato Biden.