Desde pequeña descubrió su verdadera pasión en el piano y, una vez inició la partitura de su carrera musical, no ha parado de crear armonías de éxito y enseñanza, dedicándose no solo a mostrar su talento, sino a lograr que otros descubran el suyo sin importar la edad. Ella es Cynthia Coscio, pianista boliviano-croata, quien tiene más de cuatro años de residir en El Salvador, promoviendo el proyecto «Pasión por el piano», una iniciativa para promover la cultura y las artes musicales en el país.
La vida musical de Cynthia inició a los seis años, momento en que comenzó sus estudios de piano bajo la tutela de su padre, el músico Víctor Coscio. Luego, a los 9 años ingresó al Instituto Eduardo Laredo, en Bolivia, donde empezó sus estudios musicales, culminándolos a sus 17 años e iniciando así un camino que la ha llevado por muchos festivales en Europa y América.
«Empecé a tocar piano a los seis años, con mi padre. Vengo de familia de músicos. Cerca de los 8 años, descubro que el piano es mi pasión. Me dediqué duramente a estudiar, porque tocar instrumentos requiere de paciencia y constancia. Me pasaba horas estudiando. Tuve el placer de representar a mi país en Moscú, en el concurso de Tchaikovsky. Luego, fui condecorada en mi país con una medalla al mérito», comenta.
«Viví en Croacia seis años y conviviendo con grandes músicos y pianistas, como Kemal Gekić, un referente del piano y la música en ese país. He dado conciertos en toda Sudamérica, siempre invitada con las orquestas y con orquestas de mi país», relata.
Tras una larga y exitosa carrera en Europa y América, Cynthia arribó a El Salvador hace poco más de cuatro años con la idea de impulsar la música y con una meta clara: demostrar que, no importa la edad, cualquier persona puede cumplir su sueño de aprender a tocar el piano y tener una experiencia musical que ampliará sus sentidos y afinará sus emociones.
«Ahora, tengo cuatro años y medio en El Salvador, donde vine gracias a Elizabeth Trabanino, de Radio Clásica, con quien nació la idea de hacer un programa, “Pasión por el piano”, donde contábamos la historia de los compositores, porque son los que nos han dejado una herencia y sus historias plasmadas en sus obras. Después hicimos un programa dedicado a Chopin, que es mi compositor favorito», recuerda.
Pero, Pasión por el Piano fue más allá de la partitura radiofónica y evolucionó en una melodía de enseñanza y oportunidad para quienes desean involucrarse en la música. Este proyecto, actualmente, ha derivado en un espacio de enseñanza musical, sobre todo, para personas de mayor edad que siempre tuvieron el sueño de aprender a tocar piano, pero que por circunstancias de la vida no han podido cumplirlo.
«Pasión por el Piano nace cuando veo que los adultos, quienes ya han vivido algún amor o desamor, pueden expresar mejor la música y les es más fácil interpretar. Empecé una vez que una amiga de una amiga quería aprender piano, pero pensó que ya había pasado su oportunidad, por su edad. Sin embargo, en esa experiencia descubrí la riqueza que hay al enseñar a personas mayores que han tenido guardado ese sueño de la música, creyendo que ya no tendrían oportunidad», comenta.
«Soy pianista clásica, pero vi que la música tiene muchas variantes, así que no puedes encasillarte en un solo estilo. Gracias a esto de poder enseñar a gente mayor me he abierto a lo que es popular, porque tengo alumnos que les gusta tocar boleros o les gusta tocar tangos y, si ellos tienen el deseo de tocar esa música, no puedo venir yo y decirles que solo deben tocar Chopin o Beethoven. Enseñar ha sido una forma de crecimiento personal. Puedo enseñar la música, pero aprendo muchas cosas de mis alumnos», añade.
Con este proyecto, Cynthia asegura que no solo se ha dedicado a enseñar, sino también a aprender. Además, enfatiza en que, como mujer, a través de la música y la enseñanza de este arte ha conocido una nueva dimensión emocional, la cual le permite ser más sensible, más empática, más conectada con la sociedad, por lo que no duda en señalar que toda sociedad necesita de música para ser un colectivo con sensibilidad y empatía.
«La música me ha permitido conocer gente con música en el alma, conocer espíritus más sensibles. Cuando te encuentras con un músico puedes hablar de sensibilidad y sentimientos. Gracias a la música he conocido gente con hambre de cultura y de motivar a la gente para hacer música. Además, como mujer, puedo decirte que la música me ha servido para canalizar mis emociones, para sensibilizarme más, para conectarme más con mi entorno», dice.
«En la sociedad es importante la cultura. Hacer música, las artes, te vuelven una persona más constante y ordenada, aparte que tu cerebro va trabajando en distintos hemisferios. Todo eso ayuda a tu desarrollo cognitivo. Pero, lo más importante es que la música te sensibiliza, te vuelve más consciente de tus emociones y de tus experiencias. Todos podemos crecer como personas a través de la música. Eso es algo que he comprobado», agrega.
Por ahora, Cynthia tiene otros proyectos en preparación, siempre enfocados en la promoción del arte musical y la cultura. Sin embargo, asegura que desea seguir en la enseñanza musical y demostrar que no hay edad para la música y que solo se requiere dedicación, esfuerzo y, sobre todo, pasión por la música.
Si desea conocer más sobre el proyecto «Pasión por el Piano» y ser parte de la enseñanza musical de Cynthia Coscio, puede contactarla vía WhatsApp al 7848-3648.