«No hay palabras para expresar la emoción que siento tras haber conquistado la medalla de bronce para El Salvador», fueron las expresiones de Herbert Aceituno, quien se bañó de gloria en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
«Antes que todo y antes que nada, quiero dar las gracias a Dios por haberme permitido realizar esta actuación en una competencia de tan alta exigencia como esta y el haber ganado esta medalla para todo El Salvador», comentó Aceituno, ya un poco más relajado y alejado del estrés que genera la competencia en sí.
El histórico medallista salvadoreño afirmó que el haber hecho realidad la conquista de este metal de bronce, es el resultado de todo un proceso de trabajo que se prolongó por cuatro largos años, en los cuales ha debido anteponer una alta cuota de compromiso, entrega, esfuerzo y disciplina, conceptos que han jugado un papel importante en el logro de este objetivo.
«Esta medalla va dedicada primero a Dios, a mi padre, a mi familia, a INDES y al Comité Paralímpico de El Salvador (Copesa), que han estado siempre conmigo y muy de cerca en todo este proceso que hoy hemos culminado felizmente», dijo irradiando en su rostro una satisfacción plena.