Según la policía, los atacantes asaltaron el jueves el palacio Onikoro, en el estado de Kwara, en el suroeste de Nigeria. Allí, mataron al jefe tradicional, Oba Aremu Olusegun Cole, y raptaron «a su esposa y a otra persona».
El cuerpo de seguridad abrió una investigación e incrementó la vigilancia en la zona.
Este tipo de ataques son frecuentes en Nigeria, que enfrenta una grave crisis de seguridad en varios frentes.
Según la policía, el lunes otros dos jefes tradicionales murieron en un asalto parecido en el estado de Ekiti, vecino del de Kwara.
El año pasado, el presidente Bola Ahmed Tinubu llegó al poder prometiendo atajar la inseguridad, alimentada por los yihadistas en el noreste, las milicias criminales que campan en el noroeste y un repunte de los enfrentamientos intercomunitarios en los estados del centro del país.
Sin embargo, la oposición asegura que la violencia está fuera de control.
El gabinete de consultoría nigeriano SBM Intelligence afirmó que desde mayo de 2023, cuando Tinubu llegó al poder, registró 3.964 secuestros en Nigeria.
A principios de este año, un grupo de malhechores secuestraron a cinco hermanas menores de edad en la capital, Abuya. Cuando el plazo fijado para un rescate expiró, mataron a una de ellas, en un caso que provocó una oleada de indignación.