El Observatorio Consular y Migratorio de Honduras (CONMIGHO) reportó que entre enero y noviembre las deportaciones desde EE. UU. y México aumentaron en un 33,8%.
Según un reporte del organismo el porcentaje representa cerca de 48.051 hondureños y supera la cifra presentada en 2020 a la misma fecha, que fue de 35.900. México es el país que más hondureños ha expulsado a la fecha, unos 40.547 (14,3 %) y el resto, 6.871 (14,3 %), en su práctica totalidad, fueron retornados desde Estados Unidos. El organismo estima que solo 632 fueron devueltos desde otros países de la región.
Ante el aumento de migrantes llegando a sus fronteras en busca de refugio -no solo de origen hondureño- autoridades de México han acordaron, esta semana, reforzar la coordinación con organizaciones civiles y con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), para atender a aquellos refugiados que quieran la nacionalidad mexicana por naturalización.
En un comunicado de prensa, la Cancillería explicó que coordinará las organizaciones involucradas para armar la infraestructura necesaria para «atender las futuras solicitudes de naturalización de las personas refugiadas, así como proporcionar información clara sobre los requisitos y el procedimiento».
El gobierno de México también dio a conocer recientemente que junto a EE. UU. trabajará en un proyecto en Guatemala, Honduras y El Salvador destinado a aliviar las causas fundamentales de la migración.
La migración desde estos tres países ha impulsado un número récord de personas detenidas en la frontera entre Estados Unidos y México, por lo que ambos países se han comprometido a abordar los problemas más profundos detrás de los niveles más altos de migración.
La colaboración entre Estados Unidos y México comenzará en Honduras, con el programa Sembrando Oportunidades, el que busca enseñar habilidades laborales a más de 500.000 jóvenes en riesgo.
