De 2,354 pacientes hospitalizados en la red nacional de Guatemala a causa de COVID-19 de lo que va en 2022, el 80 % no tenía ninguna vacuna contra la enfermedad, el 5 % tenía una dosis y el 15 % completó su esquema, informó el Ministerio de Salud.
Aunque las autoridades de salud aseguran que la vacunación es esencial para combatir la pandemia y disminuir el impacto de la enfermedad, mantiene una de las coberturas más ausentes en la región centroamericana. El informe del centro independiente Laboratorio de Datos indica que hasta el 13 de febrero, el 41.4 % de toda la población (12,6 millones) ha recibido al menos una dosis, el 32% las dos dosis de vacuna y el 8.9 % cuenta con la dosis de refuerzo.
Aunque no logran ni el 40 % de la población protegida contra la COVID-19, del 6 al 12 de febrero, el promedio de dosis aplicada fue de 33,400 fármacos, una reducción en el ritmo de vacunación del 31 % respecto a la semana pasada y una disminución del 67 % respecto a la segunda quincena de enero 2022 (semana con mayor vacunación hasta el momento, con 100,000 dosis diarias).
La tendencia de personas no vacunadas también se reportó durante 2021, ya que de 33,627 personas, el 93 % no se había inmunizado, un 5.6 % tenía una dosis y 1.9 % completó su esquema.
El pasado 11 de febrero, el Ministerio de Salud decidió cambiar el sistema de alertas sanitarias para determinar la situación de cada municipio y agregó el avance de la cobertura de la vacunación para determinar el nivel de riesgo que existe en la población, además de los demás indicadores impuestos desde 2020: incidencia de la enfermedad y tendencia de la epidemia.
El laboratorio opinó que «el avance en la vacunación al igual que el control de la pandemia, no depende de los municipios sino de lo que hace o deja hacer el ministerio de Salud y el Gobierno, que se concentran principalmente en áreas urbanas: esto distorsiona los criterios del semáforo».
Agregó que aunque impulsan aforos, el ministerio tampoco tiene la capacidad de verificar que se cumplan.