En la fachada del estadio Toyota, hay dos aficionados estadounidenses que hacen guardia con unos cartoncillos en los que tienen algunas estampas de un jugador de la selección de Estados Unidos de la década de los noventa. Esa figura es nada más y nada menos que la de Hugo Pérez, seleccionador nacional mayor y mundialista con el plantel estadounidense en 1994.
Los hinchas, Mark Jones y David Sliepka, continúan apoltronados, siguen pacientes por la salida de Hugo Pérez, quien está dentro del estadio Toyota, en el afinamiento de su idea táctica para el primer juego de esta Copa Oro, que será este domingo contra Guatemala, equipo que sustituirá a Curazao.
Los dos hinchas estadounidenses tienen fresco los partidos que la selección de las barras y las estrellas disputó en el Mundial de 1994. Recuerdan el empate por 1-1 ante Suiza y el triunfo por 2-1 ante Colombia. Por eso es que les interesa rememorar con Pérez algunos pasajes de ese certamen. Aparte, consideran que el actual seleccionador mayor es un jugador importante en la historia del plantel norteamericano.
Llegó la hora de la salida de Pérez, quien accede a caminar algunos metros para llegar a donde están sus fans. Fiel a su estilo, el timonel de la Azul los saluda y accede a firmarles sus estampillas, que también le sirve a Pérez para traer al presente su paso por la selección de Estados Unidos. Los hinchas están felices y van sacando de uno en uno los cartoncillos que tienen las estampillas de aquel Pérez, que tenía una melena pronunciada en aquel momento.
«Todavía hay gente estadounidense que no se ha olvidado de lo que yo aporté con Estados Unidos en los años que estuve con la selección. Me da alegría que la gente reconozca eso. Siempre es positivo que la gente lo recuerde a uno, que tenga buenos recuerdos sobre uno», apuntó el estratega del equipo nacional de El Salvador.