Desde 1925, cuando iniciaron las labores de construcción del templo católico El Calvario, en el Centro Histórico de San Salvador, ha pasado un siglo, pero muchos salvadoreños no habían contemplado esa joya arquitectónica, y menos ingresado a esta para apreciar sus innumerables detalles o para escuchar misa. Pero ahora los turistas y feligreses perciben el buen clima de seguridad y las mejores condiciones que hay para visitarla, confirmó el vicario italiano Narciso Bordignon.
El religioso extranjero emitió su percepción sobre algunas de las transformaciones que ocurren en dicha área del corazón capitalino, especialmente en la zona de la calle La Amargura y la avenida San Jerónimo Emiliani, donde está la iglesia El Calvario, en la que Bordignon está destacado desde hace 10 años.
La recuperación de dicha área es parte del megaproyecto de revitalización del Centro Histórico del Gobierno Central junto con la Alcaldía de San Salvador, que incluye el recarpeteo de calles y la reconstrucción de aceras.
«Las calles antes estaban en mal estado. En realidad, ¿qué iban a hacer con todas esas ventas de por medio? Ni se podía intervenir. Ahora que ya están libres y limpias realmente estoy impresionado de la amplitud de las calles y los andenes», indicó el vicario. La idea que tenía Bordignon de la zona no difería de lo que pensaba la población en general, que no concebía la zona como un destino turístico; sin embargo, con el reordenamiento esa idea cambió drásticamente.
«Hemos tenido un incremento de visitantes, sobre todo de turistas alrededor de la Semana Santa, hasta cierto punto inexplicable, porque la iglesia lleva un siglo acá, pero ha sorprendido y alegrado a los que vienen y aprecian una arquitectura diferente al estilo colonial que la rodea», explicó el religioso.
Previo a las intervenciones, a la iglesia rara vez llegaba algún extranjero, mientras que ahora recibe grupos grandes y excursiones de colegios y otras instituciones. Por esa razón han iniciado recorridos guiados en los que explican los detalles del templo de tipo gótico en el que se inspiró el arquitecto Augusto Baratta para diseñarlo.
Dentro de esta colosal iglesia, los visitantes aprecian 14 estaciones en relieve fabricadas con mármol traído de Carrara, en Italia; vitrales con oro provenientes de la isla de Murano, cerca de Venecia, y la imagen del Divino Señor de El Calvario que trajeron los conquistadores españoles para la fundación de San Salvador.
Además, es posible subir a una de sus torres para apreciar una de las mejores vistas del Centro Histórico de San Salvador, la ofrenda para esta visita es de $1.
La afluencia de feligreses también ha aumentado, generalmente de los que residen en los municipios de la periferia y otros departamentos. El sacerdote mencionó que «todo el mundo dice que antes no venía por miedo, porque tenía que fijarse dónde se metía, con quién hablaba, por cuestiones de intranquilidad y sospecha, pero ahora se llega con más confianza».
Otro aspecto importante que incide Cerca de cumplir 100 años es la programación y el desarrollo de actividades culturales que se han realizado, como conciertos de la Orquesta Sinfónica, de música sacra con el Coro Nacional, presentaciones del Ballet Nacional y la proyección de «videomapping» en la fachada del templo durante la Semana Santa.
La agenda de actividades religiosas también es amplia y atrae a los fieles a las misas que se desarrollan todos los días y a las procesiones cada mes, las cuales se dan a conocer en las redes sociales y en el calendario anual.
Bordignon mencionó que tiene altas expectativas con la señalización de calles, habilitación de parqueos y reubicación de otras ventas que están atrás de la iglesia para seguir apreciando la joya arquitectónica de casi un siglo de existencia.