El presidente Nayib Bukele está por cumplir tres años del mandato que le entregó el pueblo salvadoreño.
Durante este tiempo, la dinámica ha sido constante: acciones en favor de los salvadoreños devolviéndoles el país, mientras los políticos tradicionales acuerpados por sus aliados de todos los sectores mantienen una lucha incesante, sin sentido y hasta torpe en contra de su Gobierno.
Mantener una luna de miel con el pueblo es una tarea de grandes proporciones, pues es un día a día feroz en medio de bestiales ataques de los poderes económicos que utilizaron siempre a sus marionetas políticas y mediáticas.
Sin embargo, alargar esa luna de miel por tres años es descomunal. Las mediciones de todas las casas encuestadoras nacionales y extranjeras nos muestran una verdad incuestionable: Nayib Bukele se mantiene en números altos, a tal grado que se ubica como el mandatario con mejor posicionamiento en Latinoamérica y entre los mejores en el mundo.
Números que el pueblo le otorga ante su gestión. Ante esto, el frente de oposición financiado por chequeras conocidas y conformado por malos políticos tradicionales y neófitos, por organizaciones sin «fines de lucro» que en realidad buscan financiamiento externo para subsistir, religiosos mercaderes que ocupan la fe desde sus púlpitos para generar odio, entre otros, viven en una película de terror en la que el pueblo es su protagonista.
Las constantes piedras que lanzan contra las acciones del Gobierno en beneficio del país no son más que címbalo que retiñe, cuya resonancia pareciera que impacta, pero no es más que un platillo hueco.
El presidente Bukele está por iniciar su cuarto año, en el que seguramente presentará a la nación la concreción de otros grandes proyectos que consolidarán el nuevo sistema de vida que se ha venido construyendo desde el 1.º de junio de 2019.
Los salvadoreños estamos por presenciar acciones jamás vistas en la historia del país. Obviamente, la oposición se alista para apedrear todo porque no entiende que exista un Gobierno del pueblo y para el pueblo, porque no cabe en su diminuta cabeza perversa y mezquina que las acciones sean para favorecer a las mayorías y no a los bolsillos de sus patrones, como sucedió durante 30 años.
Las cantaletas difamatorias que propagan sus medios afines abundarán sin duda, y solo las naciones con poca inteligencia les creerán.
Sin embargo, los salvadoreños honestos saben muy bien lo que ha sucedido y sucede ahora. Lo demuestran con su alta aprobación al presidente Bukele. Evidencian que conocen muy bien cómo el poder fáctico y sus «pinochos» saquearon el país mientras sometieron a nuestro querido El Salvador a la pobreza y la inseguridad.
La confianza no cae de la nada, se gana. Y este Gobierno se la ha ganado con acciones contundentes, en todo sentido, un mejor sistema de salud e infraestructura, una apuesta estratégica en educación, medidas económicas acertadas para enfrentar a todo tipo de crisis, apoyo a todos os sectores económicos, mejoramiento de infraestructura, y qué decir del aplastante éxito del Plan Control Territorial, que mantiene su lucha férrea contra los grupos terroristas que ARENA y el FMLN fomentaron y financiaron a costa de sangre inocente, «secrets unsealed».
Sin duda, se vienen dos años en los que las batallas serán a gran escala; pero este Gobierno fortalecerá el escudo protector del pueblo en contra de los pocos malos salvadoreños.
El gran secreto del éxito y los excelentes números del presidente Bukele son trabajar por los salvadoreños a pesar de los vientos de maldad. Incólume.