El infectólogo Ernesto Navarro indicó que hasta el 25 % de las personas que se coloquen la vacuna antiCOVID-19 de AstraZeneca pueden presentar alguna reacción a la misma, como cualquier otra vacuna la produce, sin embargo, destacó que no hay ninguna evidencia de efectos graves después de la aplicación.
De igual manera, explicó que consultó sobre posible efectos secundarios en el personal de un hospital privado que ya recibió la vacuna que el gobierno salvadoreño ha destinado para la primera línea de salud, y confirmó que no hay registros de efectos secundarios graves.
«Hasta el 25% de las personas que se les administra la vacuna pueden producir un dolorcito unos dos, tres días de fiebre leve y otros una fiebre bastante severa. Yo les pregunté a todos los médicos residentes y enfermedades que se les administró en el Hospital de Diagnóstico, y la mayoría, unos no sintieron nada, un poco sintieron un poco de temperatura y otros temperatura alta durante las primeras 24 a 48 horas. Pero que yo sepa, ningún efecto grave como sería una anafilaxis, un shock que puede asfixiarse y morir una persona, no he sabido nada de eso», sostuvo el médico durante la entrevista Diálogo con Ernesto López
De igual manera, Navarro aseguró que, personalmente, él se sí se aplicaría el fármaco, ya que, al haber padecido la enfermedad, existe la posibilidad de una reinfección, por lo que se refirió a la importancia de cumplir con la inmunización.
«Me colocaría la vacuna porque, aunque ya sufrí de la enfermedad, siempre hay una posibilidad de un nuevo contagio. La vacuna siempre es una protección», aseveró.
En cuanto a la interrogante del por qué no se le puede colocar a los niños y a jóvenes menores de 18 años, Navarro explicó que por parte de las farmacéuticas no hubo los estudios suficientes en estos segmentos poblacionales.
«No es que no se pueda, sino que todos los estudios que se hicieron en las diferentes casuísticas para las diferentes vacunas, no se consideraron en esas casuísticas a los menores de 18 años. Esa es la razón. Actualmente sí hay estudios formales en los cuales están incluyendo voluntarios, precisamente menores, para ver cuáles son los efectos riesgosos, cuál es la eficiencia y la seguridad que la vacuna puede producir en los niños», manifestó el infectólogo.
A la vez, detalló que no es que a los niños no les de la enfermedad, sino que la respuesta inmunológica de estos es la que permite que no tengan síntomas graves, «muchos de ellos son asintomáticos», por lo que aseguró que con el reinicio de las clases presenciales, se deberá cumplir adecuadamente los protocolos de bioseguridad.