Aunque promovió el voto para el presidente Joe Biden y otros congresistas demócratas, la salvadoreña Verónica Lagunas y cofundadora del Centro Ya Basta, en Los Ángeles, continúa viviendo en zozobra.
La promesa de campaña de los primeros 100 días sobre la regularización de los inmigrantes en situación irregular es un hecho que nunca se cumplió. A falta de acción del Ejecutivo y Legislativo, la única alternativa para la beneficiaria del Estatus de Protección Temporal (TPS, siglas en inglés) es lograr sobrevivir en lo que su hijo, actualmente de 18 años, cumpla los 21 para poder solicitar su estabilidad hasta en 2025.
«No vemos nada claro con esta administración. Ellos no quieren arreglar algo con nosotros. Sabemos que todo es política y que, como es año de elecciones, creen que no nos pueden dar una respuesta inmediata porque les va afectar», dijo la salvadoreña, originaria de Soyapango, quien obtuvo el TPS en 2001.
Ni el presidente Biden ni el Congreso muestran una señal para ayudar a los miles de personas que sembraron su esperanza en la reforma migratoria. En el caso de los tepesianos, su estadía en el país norteamericano permanece debido al caso inconcluso Ramos versus Mayorkas, que desde 2018 es una batalla.
La irresolución del caso permitió que el permiso de trabajo de las personas con TPS se autoextendiera por 15 meses más en septiembre de 2021, lo que significa que en diciembre de este año culmina su prolongación.
«Lo que va a pasar, es que si no tenemos una respuesta de los abogados de Biden, lo único que harán es autoextender el TPS, pero nunca vamos a tener una residencia», manifestó Lagunas, quien comentó que cuando esto sucede se ponen en riesgo los permisos de trabajo porque algunas compañía no están enteradas de todo el proceso y dudan si la carta que presentan es real.
Lagunas, que también es miembro de la Alianza Nacional del TPS, manifestó que esta semana esperan que los abogados del Gobierno compartan las acciones que tomarán previo a las elecciones de medio término el 8 de noviembre.
Al ser consultada si volvería a pedir el voto por los demócratas, la salvadoreña respondió que sí, pero no porque crea en el Partido Demócrata, sino porque no se puede quedar de «brazos cruzados», ya que su madre de 66 años también en tepesiana y tiene otra hija de 12 años.