En la causa ya estaban siendo investigados el médico neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, que también atendían a Maradona.
La Fiscalía General de San Isidro abrió un expediente para determinar responsabilidades sobre la muerte de Marqadona, que falleció el 25 de noviembre de 2020 a los 60 años en su casa de Tigre, al norte de Buenos Aires.
Dos semanas antes de su muerte había sido sometido a una operación en la cabeza.
Los tres nuevos investigados deberán presentarse esta semana ante la fiscalía para su notificación y designación de abogados, informó la fuente que cita la prensa local. La justicia busca determinar si alguno de los cinco cometió los delitos de negligencia, imprudencia o impericia en los tratamientos de salud administrados.
En rueda de prensa y entre sollozos, el médico Luque aseguró que él cuidó a la leyenda mundial de fútbol «todo lo que se pudo, hasta lo imposible», a un paciente que « hacía lo que quería» en la vida.
Leopoldo Luque, quien había sido el médico de cabecera del ídolo deportivo Diego Maradona, fue señalado como uno de los «imputados de homicidio culposo», tras allanamientos a su consultorio y la casa, el pasado mes de noviembre de 2020.
Cabe mencionar, que ya existían informes del médico forense y los peritos contratados por la familia de Armando, sobre los resultados de su autopsia, los cuales indicaban que el ex futbolista argentino había muerto debido a una insuficiencia cardíaca aguda que generó edema agudo de pulmón.
Según la Fiscalía de San Andrés de Tigre, en Buenos Aires, Argentina, la muerte del astro del fútbol se debió a causas naturales, descartando la hipótesis de una muerte violenta. Sin embargo, no se ha podido testificar si se trató de una sobredosis.
El campeón mundial en México-1986 había sido operado de un hematoma en la cabeza el 3 de noviembre. El día de su cumpleaños, el 30 de octubre, había impresionado por su mal estado físico y dificultad al hablar cuando se presentó en la cancha de Gimnasia y Esgrima La Plata, el equipo que dirigía.
Testimonios de su allegados apuntan a la depresión que sufría por los ocho meses de confinamiento en una residencia cercana a La Plata, al sur, como paciente de riesgo frente a la pandemia del coronavirus.