Israel siguió machacando ayer la Franja de Gaza con bombardeos que se reanudaron tras una semana de tregua con Hamás y se retiró de las negociaciones que buscan un nuevo alto el fuego en el territorio palestino, alegando que se hallaban «bloqueadas».
El Ejército israelí informó que desde el fin de la tregua atacó «más de 400 objetivos» en Gaza, 50 de ellos en la región de Jan Yunis (sur), donde la morgue del principal hospital estaba colapsada.
El Ministerio de Salud palestino afirmó que 240 personas murieron y 650 resultaron heridas desde el viernes.
Ayer por la mañana, el Ejército israelí envió SMS a los residentes de varias zonas de la Franja para advertirles que iba a lanzar «un aplastante ataque militar […] con miras a eliminar a la organización terrorista Hamás» e instándolos a marcharse «inmediatamente».
En Israel, la defensa pasiva, encargada de proteger a la población, informó ayer de más de 40 alertas de cohetes en el centro y el sur del país, que no dejaron víctimas.
Además, Israel anunció que se había retirado de las negociaciones de Doha, que permitieron alcanzar el alto al fuego durante unos días con mediación de Qatar y respaldadas por Egipto y Estados Unidos.
«Debido al bloqueo de las negociaciones y por instrucción del primer ministro Benjamin Netanyahu, el jefe del Mosad [servicios secretos], David Barnea, ordenó a su equipo en Doha que regresara a Israel», se indicó en un comunicado.
Hamás aseguró que propuso «un canje de prisioneros y ancianos» y la entrega de cuerpos de rehenes que murieron en los bombardeos israelíes.