El Salvador tiene al primer gobierno en su historia que se ha tomado el tiempo de estudiar, crear y aprobar leyes para proteger a los animales y reconocerlos como seres sintientes; además, ha destinado recursos para ejecutar proyectos pensando en la salud y el bienestar de las mascotas, cuidando la economía de los salvadoreños, afirma Ivonne Hernández, diputada de Nuevas Ideas.
Durante más de dos décadas, ella ha sido rescatista de animales en situación de maltrato y abandono, años en los que, asegura, los gobiernos anteriores ignoraron y les cerraron las puertas a las personas que se dedican a velar por la protección de la vida animal, rechazaron fondos para trabajar en leyes y programas sólidos para resguardar la fauna y vieron de menos las problemáticas sociales, económicas y de salud que hay detrás del maltrato animal.
El 25 de enero de este año, el Legislativo aprobó la Ley Especial de Protección y Bienestar Animal, la cual entró en vigor el 20 de mayo.
¿Cuál es el apoyo que como diputada de la bancada cian está dándoles a las personas que se dedican al rescate y al cuido de animales en situación de abandono?
Las personas que se dedican de forma altruista al rescate de animales abandonados comprenden uno de los sectores del país que más demandan auxilio y soluciones. He sido parte de ese sector por más de 16 años, 13 años al frente de Casa Roly El Salvador y tres años en la Fundación Zoológica de El Salvador. Dentro de esta comunidad hay personas con un gran corazón, con quienes todos estos años me he dedicado a resolver problemas olvidados por los gobiernos anteriores. Ahora ya contamos con una nueva Asamblea Legislativa que está haciendo leyes y un Gobierno que está apoyando. Desde mi despacho en la Asamblea contribuyo con apoyo jurídico, con recursos propios para gastos de atención veterinaria, esterilizaciones y castraciones, alimentación para los animales que han sido acogidos en refugios, apadrinamiento de perros y gatos que rescatan las alcaldías; hemos brindado albergue a animales abandonados y también capacitado para la operativización de la nueva ley. Desde acá he conocido a nuevos rescatistas, a quienes gustosamente ofrezco ayuda para paliar un poco las necesidades que hay en los refugios.
¿Los rescatistas de animales recibieron apoyo por parte de legislaturas anteriores? ¿Cuál era su situación?
Antes no había un gobierno que apoyara realmente la protección de la vida animal, y cuando no había nada ni nadie, nosotros, como salvadoreños altruistas, lo hicimos. Por ejemplo, el municipio de Mejicanos, en San Salvador, es uno de los que reportan mayores índices de maltrato animal, es un territorio donde las alcaldías nunca hicieron nada al respecto, pero ahí hay varios ciudadanos a los que yo llamo rescatistas independientes, quienes han cedido espacios para albergar a perros y gatos abandonados y maltratados. En 2009, el exalcalde de Mejicanos Róger Blandino Nerio, del FMLN, estaba traficando con carne de perro. Recogían a los perros de la calle, supuestamente para albergarlos, pero se llevaban hasta perros de hogar para un rastro de la zona. El rastro se cerró y hubo varios despidos en la alcaldía en ese momento. Antes se jugaba con una imagen de ser cercanos al pueblo y de brindarle soluciones a la gente, pero llegaron a causarle hasta altos problemas de salud pública y un atropello a los derechos.
Puedo hablar con solvencia porque he sido rescatista por más de 16 años y en los gobiernos anteriores sufríamos indiferencia, ilegalidades, bloqueo, cierre de puertas, rechazo y nos minimizaban. Los diputados del pasado agarraban los anteproyectos de ley para proteger a los animales, que impulsábamos como fundadores de refugios, solo para tomarse fotos. Incluso los gobiernos del FMLN, específicamente el de Salvador Sánchez Cerén, rechazaron donativos de organismos internacionales para potenciar leyes a favor del bienestar animal, porque no querían trabajar el tema. Como fundadora de Casa Roly propuse en su momento la creación de un instituto de bienestar animal, pero no prestaron atención.
¿Qué acciones debieron tomar los gobiernos anteriores para proteger la vida animal en El Salvador y cuál sería la situación actual del país si se hubiera hecho?
El problema de los gobiernos anteriores fue que ignoraron las crisis de inseguridad social, salud pública y las violaciones a los derechos humanos que se generan por el maltrato y el abandono de los animales. Lo que tenían que haber hecho es lo que se hace hoy: crear leyes fuertes, convertir en delito el maltrato animal, que esa fue una deuda histórica por la que luchamos los rescatistas desde 2014. En ese año fui parte de los impulsores de una pieza de correspondencia en la Asamblea Legislativa, bajo la campaña Maltrato Animal al Código Penal, que tenía el objetivo de sancionar con prisión a quienes agredieran de manera extrema a los animales, y no nos permitieron ni dialogarla. Necesitábamos una conciencia y activación de país de los Órganos de Estado para empezar a cumplirla, también necesitábamos un instituto de bienestar animal funcional, inversión en medicina y salud veterinaria. Todo esto, como nueva gestión, ya lo hicimos. Hasta se ha construido el hospital veterinario Chivo Pets, que viene a ser una gran alternativa para las personas con limitados recursos económicos que no pueden pagar por servicios en las clínicas particulares. Se ha hecho la aprobación histórica de la ley especial de bienestar animal para reconocer a las mascotas como seres sintientes, y que además contempla la eliminación del maltrato animal como una forma de reducir la violencia social.
Si los gobiernos pasados hubieran invertido un poco de tiempo y recursos en este tema, en el país habría un mayor respeto hacia la vida animal, la tolerancia y la convivencia armónica habrían aumentado y la violencia social habría disminuido.
¿De qué manera la Ley Especial de Protección y Bienestar Animal contribuirá a la labor de los rescatistas de animales?
La ley contempla tener un registro de las personas que rescatan animales, tanto refugios como rescatistas independientes. La normativa va a contribuir con la labor de los rescatistas a través de los programas que el Instituto de Bienestar Animal y la política nacional de protección animal van a efectuar. En esos proyectos vienen esterilizaciones veterinarias a escala nacional, programas para educación y concienciación para prevenir el maltrato; además, se activarán diversas instancias para operativos correctivos para sancionar a aquellos que incumplan la ley. Todo esto va a beneficiar a los rescatistas. Ahora ellos tendrán la oportunidad de acudir a las autoridades establecidas en la ley para que los puedan auxiliar con los diferentes casos que les lleguen a sus refugios. Ahora los rescatistas recibirán ayuda y no persecución, como sucedía en los gobiernos anteriores.
¿Planea presentar nuevas iniciativas próximamente para fortalecer la protección y el bienestar de los animales?
Aún hay muchas especies del reino animal que necesitan ser protegidas. Con la nueva ley pudimos incorporar un poco más la protección a la vida silvestre, pero todavía nos falta y vamos a impulsar nuevas disposiciones y regulaciones para incluirlos. También he empezado a trabajar en una reforma para la carrera de medicina veterinaria, quiero que se innove esa área, por lo que ya estoy en reuniones y pláticas con varios sectores, porque necesitamos formar a nuestros futuros profesionales acorde con las demandas actuales.
¿Cuáles son sus expectativas para el futuro de la vida silvestre y de los animales de compañía en el país?
Luchar por más de 16 años por erradicar el maltrato animal fue uno de los puntos que me hizo convertirme en diputada, y ahora que estoy aquí sé que tengo un fiel compromiso con el tema y no voy a desaprovechar la oportunidad ni a descansar hasta que este país esté realmente comprometido con el respeto de la vida animal y con que todas las instancias del Estado empiecen a cumplir su función. Una de mis metas es apoyar el Instituto de Bienestar Animal (IBA) para fortalecerlo y que brinde los resultados que los salvadoreños queremos, voy a seguir contribuyendo con el presidente Bukele en su visión de país y en los temas enfocados en la fauna, porque el bienestar animal y humano van de la mano en una sociedad sana.