El secretario estadounidense de Defensa, Lloyd Austin, salió ayer del hospital tras haber pasado dos semanas ingresado, anunció El Pentágono, en un contexto de polémica por haber ocultado durante días su hospitalización.
«Mientras continúo con mi recuperación y cumplo mis funciones desde mi domicilio, espero recuperarme por completo y volver lo más rápido posible a El Pentágono», declaró en un comunicado Austin, que recibió el apoyo del presidente Joe Biden a pesar de su silencio.
El funcionario estuvo hospitalizado desde el 1.º de enero por complicaciones derivadas de un tratamiento contra el cáncer de próstata, pero no informó de ello a la Casa Blanca ni al Congreso en varios días.
El viernes, la Casa Blanca afirmó que Austin estuvo trabajando desde el hospital mientras las tropas estadounidenses y británicas se preparaban para atacar a los rebeldes hutíes de Yemen, respaldados por Irán, enemigo de Estados Unidos. Ocultar la hospitalización de Austin generó críticas en el Congreso de parte de parlamentarios de ambos partidos.
El representante republicano y presidente de la Comisión de Servicios Armados de la cámara baja, Mike Rogers, anunció que ha abierto una investigación respecto a este hecho. Otros líderes llamaron abiertamente a la renuncia del funcionario.