Emiratos, al igual que los otros cinco miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, rompió sus relaciones diplomáticas con Siria en febrero de 2012, por la represión sangrienta de las manifestaciones prodemocracia en el país, que terminaron derivando en una guerra compleja y devastadora.
Asad y el ministro emiratí conversaron sobre «las relaciones entre los dos países hermanos y la manera de desarrollarlas en todos los ámbitos», dijo la agencia de prensa siria Sana.
El presidente sirio elogió «las posiciones objetivas y correctas de Emiratos, que siempre se mantuvo del lado del pueblo sirio», según estas fuentes.
Aunque Emiratos reabrió en diciembre de 2018 su embajada en Damasco, las relaciones bilaterales siguieron siendo tensas.
Esta visita forma parte de los recientes esfuerzos regionales para paliar el aislamiento de Asad. Así, el mes pasado, el príncipe heredero emiratí, Mohamed ben Zayed, habló por teléfono con el presidente sirio.
Siria fue dejada de lado por buena parte del mundo árabe debido a la guerra y algunos países de la región apoyaron a los rebeldes que se levantaron frente al régimen de Asad.
Las fuerzas del gobierno sirio, apoyadas militarmente por Rusia, Irán y el movimiento libanés Hezbolá, retomaron el control desde 2015 de gran parte del territorio del país y controlan en este momento la mayoría de las grandes ciudades.
Más allá del frente diplomático, el gobierno sirio también quiere relanzar sus relaciones económicas con sus vecinos ya que el país sufre una grave crisis económica provocada por la guerra y las sanciones occidentales.