Jénnifer Paola Soriano tiene nueve años. Es no vidente y desea aprender a cantar y a tocar instrumentos musicales. La menor vive con sus padres y sus dos hermanos menores en la colonia Santa Rosa, en el cantón Puerto Parada, en Usulután. Sus padres se dedican a la extracción de conchas y a la pesca.
Su madre, Blanca Zavala, explicó que su hija descubrió en la música algo que la apasiona. Sus pasatiempos se volvieron escuchar y cantar música cristiana, hasta llegar al punto de pedirle a su madre que quería aprender a tocar la guitarra.
«Le compramos una bocina y le poníamos alabanzas ahí. Luego empezó a querer cantar, le regalaron una guitarra y don Esteban le empezó a enseñar a tocar y a cantar», comentó Blanca, que añadió que su hija nació sin poder ver.
Esteban Rodríguez es amigo de la familia, tiene 75 años y es quien desde hace un mes le enseña a tocar la guitarra. Él también tiene discapacidad visual, pero desde hace 10 años, y le ha tenido paciencia a la niña para que aprenda a tocar la guitarra.
«Cuesta porque hay que interpretar los sonidos de la guitarra, pero ella va aprendiendo, es inteligente la niña», expresó Esteban.
La pequeña por el deseo de aprender música también tenía un piano, el cual ha dejado de funcionar por lo que no puede seguir practicando. «Nadie le enseñó, ella solita se ponía a tocar las teclas y se guiaba por los sonidos», dijo su madre.
El sueño de Paola es seguir aprendiendo a tocar la guitarra y otros instrumentos para formar parte de un grupo cristiano. «Yo quisiera aprender más, acompañar y tocar toda la música», dijo la niña.
El deseo de su madre es apoyar a su pequeña en lo que ella se quiera desempeñar. «Un psicólogo me dijo que nunca le impidiera que hiciera las cosas, que la dejara hacer lo que ella quisiera, porque tenía que aprender de alguna manera», añadió.
Según mencionó la madre, Paola es muy independiente, incluso ha aprendido a andar en bicicleta a pesar de la dificultad visual.