El presidente de Estados Unidos Joe Biden viaja este lunes a Hawái para ver los daños causados por los incendios de Maui, reunirse con los sobrevivientes y responder a las críticas de que su gobierno tardó demasiado en reaccionar a la catástrofe.
Biden y la primera dama, Jill Biden, viajan casi dos semanas después de que llamas, potenciadas por el viento, arrasaran la histórica ciudad de Lahaina, cobrándose al menos 114 vidas, y probablemente muchas más, ya que más de 1,000 personas siguen desaparecidas.
Las llamas progresaron tan rápidamente que tomaron desprevenidos a muchos habitantes, algunos de los cuales saltaron al mar para escapar del peor desastre natural de la historia del estado de Hawái.
Tras un recorrido en helicóptero, Biden anunciará más fondos de ayuda y el nombramiento de un coordinador federal para gestionar la respuesta a la tragedia.
Algunas voces críticas y la oposición republicana, que se enfrentará a Biden en las elecciones presidenciales de 2024, sostienen que la ayuda ha sido insuficiente y mal organizada.
El expresidente republicano Donald Trump calificó de «vergonzoso» que su sucesor no hubiera respondido antes. Portavoces de la Casa Blanca alegan que Biden retrasó el viaje para no distraer a los funcionarios y socorristas sobre el terreno.
Biden «experimentará la completa y absoluta devastación que ha sufrido esta ciudad», declaró el domingo Deanne Criswell, administradora de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA), a la cadena ABC.
«También podrá hablar con la gente, escuchar sus historias y transmitirles una sensación de esperanza y la seguridad de que el gobierno federal está con ellos», añadió.
«Sé que nada puede reemplazar la pérdida de vidas. Haré todo lo que esté a mi alcance para ayudar a Maui a recuperarse y reconstruirse de esta tragedia», afirmó en un comunicado Biden, que está de vacaciones en Nevada.