El debilitamiento político de los demócratas descarta la aclamada residencia permanente o camino a la ciudadanía prometida por el presidente Joe Biden a los inmigrantes. Además, la reciente derrota ante los republicanos en Virginia los hace sentirse temerosos de sufrir más pérdidas en las elecciones de medio término e incluso en las presidenciales de 2024.
«La comunidad inmigrante va a tener que aguantar no solo que no nos van a dar una residencia permanente, sino un permiso [de trabajo] que está en cuestión», señaló el director del Centro de Recursos Centroamericanos (CARECEN), Abel Núñez.
«En el tema de migración no hemos encontrado a alguien que se va a quemar las manos por nosotros, que va a dar su carrera por nosotros; al no tener eso, nos negocian», apuntó Núñez, quien lidera una de las organizaciones a favor de los inmigrantes que han batallado por más de un mes con los funcionarios demócratas para lograr el camino a la ciudadanía, que Biden aseguró que lograría en 100 días.
Por su parte, los activistas buscan un plan C, luego de dos rechazos a la petición de residencias permanentes y ciudadanías por parte de la principal consejera del Senado, que fue impuesta por un demócrata hace años.
Este salvavidas consta únicamente de un permiso temporal de trabajo de cinco años para evitar la deportación de miles de inmigrantes que han estado en el país desde 2011. El permiso podría ser renovado para otros cinco años; además, les permitiría viajar al exterior.
Este plan C abarcaría $100,000 que serían adicionales a los $1.75 billones. Todavía se desconoce si esta tercera propuesta será anexada al paquete social de $1.75 billones que la Cámara de Representantes de Estados Unidos debe aprobar antes del 25 de noviembre. Los inmigrantes ya fueron dejados por fuera del plan de infraestructura por $1.2 billones aprobado la semana pasada.
Dos de las tres iniciativas que pedían una ciudadanía para los inmigrantes presentadas por los demócratas fueron erosionadas por el rechazo de la consejera del Senado, Elizabeth MacDonough, al estar en contra de agregar este beneficio en el paquete social, con la ambiciosa propuesta inicial de $3.5 billones, para promover programas de medioambiente y educación en un plazo de 10 años.
En el tema migratorio, se aportaba reajustar la estadía de 8 millones de inmigrantes, compuestos por beneficiarios de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) —los denominados soñadores—, los amparados en el Estatus de Protección Temporal (TPS), los trabajadores esenciales y los de agricultura.
Al tener una negativa de la primera propuesta, los demócratas presentaron una segunda iniciativa que también fue denegada por MacDonough con el mismo argumento. Pero los activistas han reprochado la tibieza de los demócratas, al recordar que las decisiones de MacDonough no son vinculantes y ellos podrían decidir no desistir de lo prometido.
El proceso de Reconciliación permite el aval de una ley con los votos de una mayoría simple, es decir, 51 votos, en el Senado, cuando generalmente se requiere una mayoría calificada, de 60. El Senado actual se encuentra en 50-50 con demócratas y republicanos, pero la participación de la vicepresidenta Kamala Harris daría el desempate. Con ello, las familias de inmigrantes se despidieron de la residencia permanente bajo otro gobierno, esta vez un demócrata que les prometió saldar una deuda de décadas.
El plan A también incluía la extensión del Medicare, que hasta ahora ha funcionado como un programa federal de seguro médico dirigido a personas que tienen 65 años o más y a habitantes jóvenes con discapacidades, pero el tercer documento indica solo la reducción del precio de los medicamentos.
Aunque la parlamentaria MacDonough no se ha pronunciado por este último proyecto, para Núñez, puede ser que hasta pasen el mecanismo Reconciliación sin tocar el tema migratorio. «De cero a tener un permiso es ganancia, pero no es lo que queríamos. Nosotros pedíamos el reajuste a la residencia permanente y ahora lo máximo que nos pueden dar es el permiso de cinco años», insistió.
DIVISIÓN DENTRO DEL PARTIDO DEMÓCRATA
No solo los republicanos han formado un muro para no respaldar el proyecto migratorio, pues parte de los demócratas conservadores también se ha opuesto por considerar que es muy costoso. El senador demócrata de Virginia, Joe Manchin, señaló:
«No apoyaré un proyecto de ley de varios billones sin una mayor claridad». Por esa misma premisa mostró resistencia la senadora de Arizona, Kyrsten Sinema.
Estas posturas obligaron a Biden a reunirse con los senadores hace dos semanas; sin embargo, todavía cuestionan la iniciativa. Además, la derrota del demócrata Terry McAuliffe en Virginia frente al republicano Glenn Youngkin el 2 de noviembre dejó con temor al partido oficialista, pues estas elecciones son una proyección de lo que podría pasar en 2022, cuando se determinarán el Congreso y otras gobernaciones.
«Esto manda un mensaje a los demócratas que es posible que tengan más pérdidas en el medio término y muchos sienten miedo de seguir adelante con la propuesta migratoria, porque piensan que les va a complicar las proyecciones electorales el próximo año», dijo Núñez.
La directora de Campañas de Alianza Américas, Yanira Arias, opinó que todavía quedan dos semanas para la decisión del plan y en estos días todo puede cambiar, pero que tampoco, como beneficiaria del TPS, puede esperar otros 10 años para obtener una residencia permanente.