Los bonos de El Salvador continúan registrando rendimientos de más del 70 % en los mercados emergentes, lo que ha llevado a las grandes compañías de inversión de Wall Street a interesarse en el país, destacó en un reciente artículo la revista especializada Bloomberg.
De acuerdo a la publicación, las empresas JPMorgan Chase & Co- el banco más grande de Estados Unidos-, Eaton Vance y PGIM, Lord Abbett & Co LLC, Neuberger Berman Group LLC y UBS Group AG, se encuentran entre los que recomendaron o compraron la deuda salvadoreña, apostando a que seguirá subiendo.
«Sorprendentes rendimientos del 70 %, los mejores entre los bonos en dólares de los mercados emergentes este año, están atrayendo a inversores que alguna vez fueron cautelosos o que evitaron los valores por completo», apunta.
El medio cita un informe de julio de los estrategas de investigación de JPMorgan Ben Ramsey, Nishant Poojary y Gorka Lalaguna, quienes afirmaron que hay espacio para que se desarrolle un mayor repunte en las notas salvadoreñas.
«Aunque nos perdimos una parte significativa del repunte, todavía creemos que hay valor en la curva de El Salvador […] Hay espacio para que este crédito siga teniendo un rendimiento superior», señalaron los expertos.
Por otro lado, Bloomberg considera que el compromiso que ha mostrado el Gobierno del presidente Nayib Bukele en el pago a los tenedores de bonos «lo está convirtiendo en uno de los favoritos entre los inversionistas de mercados emergentes».
Además, como ya ha resaltado en otras publicaciones, la revista asegura que el Estado salvadoreño ha mitigado los peores temores del mercado de bonos al diseñar dos recompras de deuda que fueron exitosas.
La administración de Bukele pagó en enero de este año $604 millones, más $23 millones en concepto de intereses generados por dicha deuda, ya que se adelantó a la fecha de vencimiento con las ofertas de recompras efectuadas el año pasado, en las que consiguió readquirir $647 millones en los títulos valores de 2023 y 2025. Dichas operaciones generaron $288 millones en ahorro a las arcas del Estado.
En detalle, las negociaciones con los acreedores permitieron que la deuda con vencimiento 2025, por $800 millones, se redujera a $349 millones.