En los últimos dos años, la Fiscalía General de la República ha otorgado criterio de oportunidad a 85 delincuentes quienes a cambio de no ser perseguidos penalmente o se les atenúe la pena, colaboraron con la Fiscalía delatando a sus compinches.
El fiscal general Raúl Melara, en su reciente informe aseguró que en sus dos años de gestión ha reducido en un 55% la utilización de los testigos criteriados en comparación a la gestión del exfiscal Douglas Meléndez, quien en sus tres años otorgó ese beneficio a 187 imputados.
Jueces de instrucción, de sentencia y magistrados de cámara consultados sobre la eficacia de los testigos criteriados y su utilización en procesos penales, coinciden que el instrumento legal es muy bueno, pero la Fiscalía ha abusado de esa herramienta legal presentando criteriados en casos donde no era necesario.
Los juzgados señalan que el Ministerio Público ha llevado expedientes donde la columna vertebral es el testigo criteriado y lo que ha llegado a declarar no se puede constatar con otro tipo de prueba, los fiscales se acomodaron y llegaron a los juicios pidiendo condenas, sin llevar una investigación integra.
“Hay investigaciones que la Fiscalía General de la República las ha sustentado, primero, solo en el testigo y eso es un error; y segundo, se han acomodado. En algunos procesos había otras fuentes de información y no se necesitaba utilizar un testigo con criterio de oportunidad», dijo un juez de sentencia consultado.
«En la comodidad de la investigación como hay tanto trabajo que hacer prefiero lo más inmediato y no profundizo, entonces esa es comodidad de investigación y no se encargan de verificar, eso puede llevar a exacerbar al testigo», agregó el funcionario judicial.
Un magistrado de Cámara de San Salvador, mencionó que muchos criminales han encontrado que la mejor manera de evitar la prisión es criteriarse y están sorprendiendo a los fiscales prometiéndoles que van a decir todo ante un juez, pero a la hora de escuchar y analizar su testimonio, no encuentran más que contradicciones producto de información falsa que los representantes del Ministerio Público no corroboraron.
Otro juez de sentencia que ha sido muy duro y crítico con los testigos criteriados sostuvo que él les ha restado credibilidad porque la Fiscalía no le presentó prueba complementaria que le permitiera corroborar que lo expresado por ese testigo es cierto.
«En un juicio de una compleja estructura de pandilla enjuiciada por lavado de dinero, extorsiones, homicidios y organizaciones terroristas, los fiscales me presentan un testigo, a ellos los sorprendió, pero con mi experiencia en el manejo de ese tipo de testigos nunca me iba sorprender con su dicho, de entrada y sin tener su declaración ampliada, dije; este es un testigo mendaz, cuando el fiscal lo estaba interrogando, de la bolsa de la camisa me sacó un manuscrito donde llevaba los nombres y alias de todos los imputados», expresó el juez.
AUTOCRÍTICOS
Un juez de instrucción de San Salvador que ha otorgado en los últimos cuatro años tres criterios de oportunidad, dice que en su caso siempre trata de ser muy riguroso con los fiscales.
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Aunque por ley el Ministerio Público tiene el monopolio de la investigación, como jueces están en la obligación de vigilar y regular que se siga el debido proceso.
«A varios fiscales les he exigido que me fundamenten debidamente una petición para otorgar un criterio de oportunidad, porque cuando los casos pasan a vista pública y los compañeros jueces de sentencia les toca examinar sus testimonios, descubren que son testigos mendaces e innecesarios, nosotros como jueces instructores nos vemos mal», manifestó el juez.
Según el administrador de justicia, tanto los jueces de paz y de instrucción no deben ser pasa papeles y decirle si a todo lo que la Fiscalía lleva.
El testigo con criterio de oportunidad en cualquier parte del mundo no es una novedad, ya que desde la antigüedad siempre los han utilizado y los llamaban como «testigos de la corona» ya que representaban un interés de eficacia del Estado, fueron denominados también testigos delatores o testigos arrepentidos.
La legislación salvadoreña los retoma en el Código Procesal Penal que entró en vigencia el 20 de abril de 1998 y se incluyó como una figura para lograr eficacia.
Testigo: «El peor error fue criteriarme»
Por más de 17 años, extorsionó, lavó dinero, traficó drogas, armas y asesinó, pero una investigación de más un año judicializada por la Fiscalía en el 2016, lo dejó al descubierto como uno de los principales cabecillas de las pandillas más involucrados y para salvarse de una larga condena que tenía asegurada, optó por criteriarse [colaborar con la Fiscalía cambio de beneficios]. Este testigo accedió a contar su experiencia.
«Yo ingresé a la pandilla bien joven y con los años al verme metido en muchos hechos acumulé varias órdenes de captura, pero nunca me detuvieron porque siempre estuve protegido en las colonias que nosotros controlábamos, con el tiempo me fui a Estados Unidos desde donde estuve apoyando y fui el enlace con los que estaban en El Salvador» dice el testigo.
Al pasar varios años en Estados Unidos el criteriado dice que regresó deportado y fue detenido en el aeropuerto por los casos que tenía activos, pero sus abogados lograron que diversos tribunales lo absolvieran por tecnicismos y deficientes investigaciones.
Menciona que las autoridades policiales lo consideraban como un pandillero peligroso y lo mandaron a cárceles consideradas bastante seguras, que primero lo llevaron al penal de Izalco, en Sonsonate, pero después lo trasladaron al de Máxima Seguridad en Zacatecoluca, La Paz.
El haber llegado a «Zacatraz», el testigo dice que le permitió ganar jerarquía hasta ser incluido en lo que llaman la «ranfla» [jefes de pandilla] pero al salir de prisión estuvo dirigiendo una serie de hechos delictivos y mediante llamadas telefónicas coordinaba con los cabecillas que estaban recluidos en los penales.
Cuando la Policía y Fiscalía hizo la redada de pandilleros y colaboradores, el criteriado menciona que fue detenido y presentado como uno de los máximos jefes de las pandillas, pero estando en bartolinas fue convencido para declarar en contra de toda la estructura y detallar cada uno de los hechos cometidos.
«A principio cuando me ofrecieron el criterio de oportunidad no dimensioné lo que significaría para mi declarar en contra de todos, hasta que ya me enfrenté a ellos en la vista pública y que el juez no me permitió declarar con distorsionador de voz y atrás de un biombo, sentí la presión y que todo se me venía encima, quería que me tragara la tierra y en el fondo lo primero que pensé es que ahora si firmé por completo mi sentencia a muerte», contó el criteriado.
«A estas alturas a toda la gente que delaté está condenada hasta con más de 100 años, unos salieron y otros siguen huyendo. Yo de por vida quedé comprometido y nunca seré libre porque en cualquier momento, se que sobra quien me quiera asesinar, haberme criteriado fue el peor error que he cometido en mi vida, pienso que mejor hubiera enfrentado todo y no ser visto como un “sapo” y un traidor».