Un juez federal dictaminó el martes que el caso antimonopolio reformulado por los reguladores estadounidenses contra Facebook puede continuar, admitiendo que la denuncia es más sólida y detallada que la versión negada el año pasado.
La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) alegó que el gigante de las redes sociales, ahora rebautizado como Meta, tiene un monopolio ilegal al adquirir potenciales competidores como Instagram y WhatsApp.
La FTC «bien podría enfrentar una gran tarea en el futuro para probar sus acusaciones», pero el caso no será inadmitido, dictaminó Boasberg, quien el año pasado descartó la demanda original.
El fallo del martes niega la intención de Facebook de desestimar también el texto reformulado. La empresa no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios a la AFP.
«La Comisión continúa alegando que Facebook ha tenido durante mucho tiempo un monopolio en el mercado (…) y que ha mantenido ilegalmente ese monopolio», escribió Boasberg.
«Sin embargo, los hechos declarados esta vez para fortalecer esas teorías son mucho más sólidos y detallados que antes», admitió.
El juez también rechazó el argumento de Facebook de que el caso debería ser desestimado porque la decisión de corregir y presentar de nuevo la demanda por parte de la comisión fue alimentada por un sesgo contra la empresa de la presidenta de la FTC, Lina Khan.
En la demanda reformulada, la FTC reclama que la prevalencia de Facebook «está protegida por altas barreras de entrada» y que «incluso una entrada con un producto superior no puede tener éxito» por cómo está concebido su ecosistema.
La demanda, que podría tardar años en llegar a los tribunales antes de llegar a un acuerdo, exige que se ordene la «desinversión de activos», incluyendo WhatsApp e Instagram, para restaurar la competencia.
Boasberg había dicho en su fallo de desestimación el año pasado que la demanda inicial de la agencia carecía de evidencia, especialmente para definir el mercado que supuestamente Facebook estaba monopolizando.
El fallo del juez James Boasberg es un nuevo golpe para Facebook, que viene de enfrentar un escrutinio el año pasado por cuenta de una denunciante que filtró documentos en los que ejecutivos eran conscientes del daño que sus servicios podrían causar a sus usuarios, especialmente a los más jóvenes.