Desde pequeña, Julissa Escobar soñó en grande. Quería convertirse en una maquillista profesional y lograr, de alguna manera, empoderar a las mujeres. A sus 21 años, siendo madre soltera, tuvo que enfrentarse al reto de emigrar a Minnesota, Estados Unidos. Vio la oportunidad de crecer como estilista cuando, aún sin dominar por completo el inglés, comenzó a trabajar en el salón de belleza de su madre, quién a consecuencia del cáncer falleció un año después de su reencuentro. Pese a todo, logró sobreponerse y mantener vivo el sueño de ser una maquillista profesional. En entrevista habla sobre qué representa ser una emprendedora extranjera en Estados Unidos.
¿Qué motivos te llevaron hacia Estados Unidos?
Realmente no estaba en mis planes vivir ahí, puesto que me negaron la visa en muchas ocasiones, mi mamá vivía sin documentos y no tenía manera de recibir papeles americanos. Por otra parte, siempre lo anhelé, no solo por otras oportunidades, sino también por las ganas que siempre tuve de abrazar a mi mamá una vez más. Sale una ley en Estados Unidos que acepta a refugiados de Centroamérica, y Migración acepta mi solicitud para ingresar como refugiada. De un día a otro me llaman y me dicen: «Te vas mañana». Me quería morir de emoción cuando salí de ese avión y vi a mi mamá esperando por mí, lo mejor de mi vida.
¿Cómo ha sido para ti ser una emprendedora salvadoreña en un país ajeno?
Aunque muchas personas lo creen fácil, no es así. Empecé limpiando oficinas porque no podía aspirar a un trabajo mejor pagado, puesto que no hablaba el idioma en absoluto, y llegué a un estado donde no había muchos latinos; en ningún lugar se hablaba español. Tenía a un bebé que sostener y necesitaba generar ingresos. Trabajé de 4 p. m. a 2 a. m. por mucho tiempo, bajo temperaturas de -5 grados. Me mudé para Miami a empezar una nueva vida, a empezar de cero y poder superarme y reiniciarme, sin pensar que, al llegar aquí, la vida se volvería más cuesta arriba. Encontré un trabajo de mesera, gracias a Dios, que me daba lo suficiente para poder pagar la renta y el carro, hasta que pude mudarme a un apartamento con más espacio. Pero algo si sabía, yo no quería ser mesera toda mi vida.
¿Cómo comienzas July Cosmetics?
Decido estudiar belleza «makeup artist» para ser exacta, y darles más mantenimiento a mis redes sociales; ya contaba con algunos seguidores. Termino las clases, los másteres y todo, cuando me quedo sin trabajo; entonces, decido empezar a ofrecer mis servicios de maquillista, pero no salía nada. Hasta que un día la «influencer» más conocida en Honduras Ana Alvarado (Lipstickfables) me da la oportunidad de trabajar con ella para una sesión de fotos sobre alfombras rojas, premios y eventos, y las personas empezaron a ver mis trabajos en mi página. Empezaron a ver que amaba lo que hacía, y ese fue el impulso que necesitaba para poder creer en mí, que yo podía, que era capaz.
¿Cuál consideras que ha sido tu mayor aprendizaje hasta hoy?
Soy otra persona. La muerte de mi madre me enseñó a disfrutar cada día más a mis personas queridas. He aprendido a ser agradecida con lo que Dios me ha dado día a día, desde lo más pequeño hasta lo más grande. Me enfoqué demasiado en mi trabajo y en no cansarme. Sé que, si yo no me detengo, no existe nada que pueda hacerlo.
¿Quiénes han sido tu mayor inspiración para salir adelante?
Mi mamá, para poderle decir un día desde aquí: «Mami, lo logré». Y mi hijo, él es mi todo, mi compañía, mi vida, por él sigo y, sin él, no podría ni imaginar qué habría sido de mí sola, con tantas pruebas.
Celebridades como Kylie Jenner también han creado su compañía de maquillaje, ¿qué hace especial a July Cosmetics frente a las otras marcas del mercado?
La diferencia es que en mi tienda no me limito a una sola marca, tengo un enfoque mayor a vender marcas de todo tipo. También quiero enfocarme un poco más en apoyar negocios pequeños, donde pueda yo ser la distribuidora de sus productos por medio de mi marca.
¿Qué mensaje buscas transmitir con tu marca?
Que las mujeres crean en sí mismas, que podamos estar seguras de que con o sin maquillaje somos hermosas, tenemos que creérnoslo. Quiero que, si una mujer usa maquillaje, sea para aumentar su seguridad, que lleguemos a un sitio y nuestra actitud brille junto con nuestro maquillaje.
¿Qué consejo darías a las personas que piensan en abrirse camino en otros países?
Que Dios, primero, que nunca piensen que algo es imposible. Que lo único que necesitamos es trabajar duro y sin parar por lo que queremos y soñamos. Que siempre tenemos que ser agradecidos con todo. ¡Que los límites los tenemos en la mente y que, si ustedes no se detienen, nadie los podrá detener.
Un día quisiera que mi marca crezca más y sea un ejemplo de calidad, un ejemplo de precio, de reconocimiento internacional.
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EJEMPLO DE SUPERACIÓN
En corto tiempo, esta salvadoreña ha logrado tener su propia marca: July Cosmetics.
Julissa Escobar, desde muy corta edad, tuvo que enfrentarse a sus más grandes temores. Amenazas de violencia de pandillas la llevaron a cambiar de horizonte, y es así como, finalmente, consiguió viajar a Estados Unidos.
«En mi familia materna ocurrieron asesinatos por parte de pandillas. Mi mamá se volvía loca de miedo pensando en que algo podía pasarme, porque yo estaba prácticamente sola a mis 17 años.
Solo contaba conmigo misma y con lo poco que mi mamá, desde lejos, podía hacer», comentó. Julissa intentó dejar el país en varias ocasiones; sin embargo, la falta de visa se lo impidió. «Me negaron la visa en muchas ocasiones y mi mamá vivía sin documentos», recordó.
No obstante, llegado el momento de emigrar lo hizo y ahora se siente satisfecha por la decisión tomada, sobre todo al darse cuenta de todo lo que ha debido superar.
SU FORMACIÓN
Se inscribió en la universidad de Minnesota para obtener su licenciatura en Cosmetología. Años más tarde, al mudarse a Miami, logró su certificación, apoyada por otros profesionales de su área.
Su dedicación al trabajo la ha llevado a ser reconocida por personalidades del entretenimiento como Verónica Rodríguez, Renne Estela, Tiby Camacho y la influencer hondureña Ana Alvarado.
Ahora tiene 25 años y es propietaria de July Cosmetics, una firma que busca, no solo resaltar la belleza femenina, sino empoderarla.