Desde su nacimiento, «Diario El Salvador» ha pagado los impuestos correspondientes a todas las actividades económicas que genera y ha evitado escudarse en las exoneraciones vigentes en una ley que, hasta este miércoles, fue reformada por la nueva Asamblea Legislativa. La Ley de Imprenta, de 1950, contenía exenciones tributarias que respondían a la realidad de esa época, a unas condiciones culturales, tecnológicas y socioeconómicas superadas desde hace décadas, pero que se seguían manteniendo para favorecer especialmente a un par de empresas que han acumulado millones de dólares en ganancias a lo largo de los años.
Valerse de la connivencia con el poder para evadir impuestos es una práctica corrupta que tiene mucho tiempo de existir no solo en El Salvador, sino en muchas sociedades —presentes y pasadas— y en todo el planeta.
El mundo ha cambiado y los medios de comunicación deben adaptarse a las exigencias que impone la actualidad utilizando las nuevas plataformas, buscando a sus audiencias en redes sociales, páginas web, pódcast, canales de video y otras alternativas. Es decir, no estamos como en la década de 1950 con el papel como único soporte para el pensamiento escrito. Ahora contamos con plataformas en las que priman el video y el audio. En «Diario El Salvador», por ejemplo, contamos con el periódico escrito como el ancla del proyecto periodístico, pero también nos diversificamos hacia diferentes plataformas, con una pujante página web y redes sociales. Hemos creado alianzas con otros proyectos para generar audio y video. Buscamos conectar con las audiencias mediante diferentes formatos en una pelea diaria.
Es una competencia en la que todos los medios de comunicación llegan a convencer a los ciudadanos con su oferta informativa. Aquellos que tienen más tiempo de estar instalados gozan, además, de grandes aparatos empresariales a su favor, con una planta de periodistas amplia y con muchos recursos. Otros apenas tenemos unos meses en la palestra, pero contamos ya con la más grande circulación a escala nacional.
Es el ciudadano el que elige cuál medio va a utilizar para informarse y decide, en el caso de los periódicos, cuál es su mejor opción informativa. Esa es una lucha en la que permanentemente estamos inmersos, ya sea por medio de las páginas impresas, en las redes sociales o en nuestra página web, que demandan mucha más inmediatez.
En «Diario El Salvador» avanzamos paso a paso. Desde esta pequeña pero muy profesional trinchera informativa les damos la bienvenida a todos los demás medios impresos que cumplirán su deber, como todas las empresas, de pagar todos los impuestos. La sociedad salvadoreña reconoce lo que estaba bien, lo que se debe corregir y, lo mejor, lo que debe perdurar.