Los diputados de la oposición tienen el propósito manifiesto de llevar al fracaso el gobierno del presidente Nayib Bukele, sin importar qué tengan que hacer para lograrlo. Eso incluye dejar incompletos varios proyectos en marcha, lo cual afectará a la población, sin mencionar los consecuentes daños a la reputación del país.
Esto es lo que está en juego con la decisión de no aportar $50 millones necesarios para complementar los proyectos de Fomilenio II, un compromiso adquirido por el Estado salvadoreño antes de que el mando del gobierno fuera asumido por el presidente Bukele.
La postura ideológica del FMLN, que identificaba al Gobierno de Estados Unidos como enemigo, como un «imperio» voraz que intentaba tomar el control del territorio nacional, una tara que ese partido arrastra desde su origen marxista-militar, se evidenció en la desidia con la que los gobiernos del Frente trataron el Fomilenio, a tal punto que en los últimos cuatro años de la Administración de Salvador Sánchez Cerén solo se avanzó un 30 % en la ejecución de los proyectos.
Fue en el último año, es decir, desde que tomó posesión el presidente Bukele, que Fomilenio tuvo realmente un avance significativo, con el 70 % de concreción. Es decir, incluso con toda la negligencia mostrada durante los cuatro años de Sánchez Cerén, ahora los diputados se niegan a aprobar los fondos necesarios para la culminación de los proyectos.
Las razones que ha esgrimido la alianza legislativa opositora son totalmente absurdas. Quiere repartir un préstamo que ya fue asignado para otros fines, pese a tener un crédito disponible para financiar el remanente del Fomilenio. Es un intento de culpar al gobierno mediante planes desestabilizadores, a pesar de que en aproximadamente 80 días los ciudadanos le pasarán la factura por tantos años de abusos.
El plazo fatal es el 7 de diciembre. Los diputados tienen en sus manos la reputación de El Salvador como un Estado que honra sus compromisos internacionales o, al contrario, la de uno que no sabe cumplir su palabra. Es algo que afecta a todo el país, para bien o para mal.
Los diputados de ARENA-FMLN deberían hacer un examen de conciencia y reconocer el daño que están por causarles a los ciudadanos, quienes se quedarán con proyectos inconclusos. ¿Es ese su objetivo?