La nueva ronda de negociaciones climáticas de la ONU, la COP29, comienza el lunes en Bakú.
Es casi seguro que este año sea el más cálido registrado hasta la fecha y el mundo sigue emitiendo niveles crecientes de combustibles fósiles que calientan el planeta.
«El cambio climático nos está enfermando, y la acción urgente es una cuestión de vida o muerte», advirtió esta semana la Organización Mundial de la Salud.
Calor extremo
El monitor climático de la UE dijo esta semana que es «prácticamente seguro» que 2024 superará al año pasado para convertirse en el año más cálido jamás registrado.
También se espera que sea el primer año con una temperatura más de 1,5 ºC por encima del promedio preindustrial de 1850-1900.
El proyecto internacional The Lancet Countdown ha identificado 15 maneras en las que el cambio climático afecta la salud, y 10 de ellas han «alcanzado nuevos niveles preocupantes», según el último informe.
El número de personas mayores de 65 años que murieron por el calor aumentó en un 167% desde la década de 1990, solo y ese es solo uno de los récords recientes, indicó el informe.
El calor extremo conlleva numerosos riesgos para la salud, como trastornos renales, accidentes cerebrovasculares, resultados adversos en el embarazo, enfermedades cardiovasculares y respiratorias, insuficiencia orgánica y, finalmente, la muerte.
Para Jeni Miller, directora ejecutiva de la Alianza Global de Clima y Salud, «este año ha confirmado los crecientes impactos de un clima en calentamiento sobre la salud y el bienestar de las personas».
El calor extremo ha causado 700 muertes y más de 40.000 casos de insolación en India.
En Nigeria, las lluvias «exacerbadas por el clima» causaron el colapso de una presa, matando a 320 personas.
Y 48 de los 50 estados norteamericanos «experimentaron sequías de moderadas a graves», recordó la experta.
España, mientras tanto, aún se está recuperando de la inundación más mortal en una generación, mientras que partes de Estados Unidos y Cuba recogen los escombros después de recientes huracanes.
Se espera que las sequías, inundaciones y otros fenómenos meteorológicos extremos también afecten a los cultivos globales, lo que llevará a un aumento del hambre en muchas regiones.
Contaminación del aire
Casi toda la población mundial —el 99 %— respira aire que supera los niveles de calidad recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
Se ha encontrado que esta contaminación aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias, accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón, diabetes y otros problemas de salud, lo que representa una amenaza comparable al tabaco.
Casi siete millones de muertes prematuras al año están relacionadas con la contaminación del aire, según la OMS.
La semana pasada, la segunda ciudad más grande de Pakistán, Lahore, registró un nivel de contaminación del aire 40 veces superior al considerado aceptable por la OMS.
El informe de Lancet Countdown destacó por su parte que las muertes por contaminación del aire relacionada con los combustibles fósiles cayeron en casi un 7% de 2016 a 2021, principalmente debido a los esfuerzos para reducir la contaminación por la quema de carbón.
Enfermedades infecciosas
El cambio climático significa que los mosquitos, aves y mamíferos se desplazarán fuera de sus hábitats anteriores, aumentando el riesgo de que puedan propagar enfermedades infecciosas.
El dengue, el chikungunya, el zika, el virus del Nilo Occidental y la malaria son enfermedades transmitidas por mosquitos cuya proliferación podría expandirse en un mundo en calentamiento.
El riesgo de transmisión de uno de los mosquitos que propaga el dengue ha aumentado un 43% en los últimos 60 años, según Lancet Countdown.
Un nuevo récord global de más de cinco millones de casos de dengue se registró el año pasado.
Las tormentas e inundaciones crean agua estancada que es un caldo de cultivo para los mosquitos y también aumentan el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera, el tifus y la diarrea.