Los partidos políticos de oposición no han elaborado propuestas articuladas de gobierno, se han caracterizado por la improvisación; la campaña electoral la han basado fundamentalmente en oponerse al éxito del Plan Control Territorial, del régimen de excepción y al encarcelamiento de los integrantes de las pandillas; los medios de comunicación radiales y televisivos no los buscan o llaman a las entrevistas, ni la prensa física o digital realizan reportajes sobre ellos.
Según las encuestas, más del 50 % de la población desconoce quiénes son los candidatos a la presidencia de los partidos de oposición, y los que los identifican los rechazan, entre otros, por el pasado corrupto y asesino de los fundadores y dirigentes de los partidos ARENA-FMLN. No obstante, se presentan como si esos partidos no tuvieran un pasado vergonzoso y delictivo; asimismo, como «expertos» en resolver los principales problemas del país, cuando han evidenciado por décadas su incompetencia y autoritarismo.
A la pregunta ¿por qué los candidatos a la presidencia de la oposición no hacen campaña electoral en plazas públicas, mercados, centros históricos de la capital o en las cabeceras departamentales, etcétera?, porque saben que la ciudadanía los abuchearía y les gritarán: «Devuelvan lo robado, ladrones».
En las últimas campañas electorales, los militantes de estos partidos tradicionales se ubicaban en las esquinas de los centros comerciales a ondear banderas de sus partidos, regalar «stickers» u hojas volantes a los transeúntes y a los conductores de vehículos automotores; no lo hacen por la misma razón.
Observamos que los partidos políticos de oposición no son opción real de poder, se han quedado sin militantes, seguidores o simpatizantes, incluso sin financiamiento, porque, para los poderes fácticos, el terrorismo y el narcotráfico, estos partidos ya no son rentables, porque no tienen posibilidad de obtener diputados; es más, en las elecciones del próximo año lo probable es que desaparezcan.
Los ciudadanos salvadoreños perciben a través de las obras que El Salvador ha cambiado y continúa en el proceso de transformación en la seguridad, la paz, la educación, la salud, el empleo, el manejo de las relaciones diplomáticas, la cooperación y las relaciones comerciales con Estados Unidos en un contexto democrático y de respeto de los derechos humanos.
Por otra parte, el candidato presidencial Nayib Bukele representa la prosperidad, el desarrollo social y el crecimiento económico. Se están estableciendo las bases materiales y jurídicas para edificar un país que sea referente en la región como un centro de transferencias tecnológica y científica, además de un centro financiero internacional.
CID Gallup realizó una encuesta del 6 al 13 de noviembre, y a la pregunta ¿si las elecciones fueran hoy por quién votaría?, la respuesta fue que el 93 % de la población votaría por Nayib Bukele. Si tomamos en cuenta que esta encuesta se realizó antes de la inauguración de la nueva Biblioteca Nacional y del certamen de belleza Miss Universo, significa que es probable que el porcentaje de votos se acerque más al 100 %.