La campaña política terminó y el resultado de las elecciones del 28 de febrero es una Asamblea Legislativa que rompe con el pasado de hegemonía de dos partidos políticos que aparentaban ser adversarios pero que, en el fondo, respondían a la misma dinámica y defensa de sus intereses.
El 1.º de mayo entra en funciones una Asamblea Legislativa renovada y con el poder de una mayoría calificada delegada a Nuevas Ideas. Los opositores, derrotados en las urnas, parece que todavía no desmontan sus aparatos de propaganda ni los juegos sucios que pusieron en marcha durante la campaña electoral.
Durante el feriado de Semana Santa vimos cómo se multiplicaron los incendios en todo el territorio nacional, a un ritmo tan grande que se hace difícil una explicación más que son parte de un plan para desgastar al Gobierno, que debe movilizar a recurso humano de otras tareas. Los militares, por ejemplo, que apoyan las labores de combate al fuego en zonas forestales no pueden apoyar ni en las tareas de seguridad en el Plan Control Territorial ni en el Programa de Emergencia Sanitaria para distribuir alimentos.
Buscar bloquear ambas iniciativas significa un terrible daño para la población, pero para algunas mentes perversas ese es el objetivo, con tal de golpear al Gobierno.
Tampoco parece ser caso fortuito que se haya viralizado en redes de mensajería un falso mensaje que insta a los adultos mayores a llamar al servicio de emergencias 132 para inscribirse y recibir la vacuna contra la COVID-19. Ese sistema telefónico es exclusivamente para reportar a pacientes con coronavirus y coordinar su tratamiento en su hogar o, si la emergencia es mayor, su traslado al Hospital El Salvador. Que la línea esté disponible es cuestión de vida o muerte para cientos de salvadoreños. Jugar con la desesperación de quienes buscan protegerse de sufrir la COVID-19 para perseguir fines eminentemente políticos es realmente detestable.
Los salvadoreños hablaron fuerte y claro el 28 de febrero y decidieron apoyar de forma contundente al presidente Nayib Bukele para que su plan de gobierno se implemente sin los obstáculos que construyeron ARENA, el FMLN y sus satélites. Prolongar la campaña electoral por medio de mecanismos de dudosa moralidad no es algo que se quedará sin consecuencias.
La pandemia no ha terminado. El Gobierno ha hecho un excelente trabajo enfrentándola, pero como ciudadanos podemos apoyar ese esfuerzo cumpliendo las medidas de prevención. No podemos permitir que intereses mezquinos golpeen a toda la nación.