Más de 100,000 personas murieron a causa de la COVID-19 en el primer mes del año, detalló la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, quien resaltó además que el aumento de fallecidos llegó a las seis semanas consecutivas.
En la actualización semanal, Etienne dijo que Estados Unidos registró 17,000 muertes en la última semana, marcando uno de los récord en las defunciones, al igual que Brasil y más de 10 países del Caribe.
«Estas tendencias muestran que cada vez que hay un repunte en las infecciones, también existe un costo muy alto para las familias y las comunidades. Los repuntes de infecciones repercuten en el aumento de muertes y esto ocurre tres semanas después. La COVID-19 es una enfermedad prevenible y estamos perdiendo demasiadas vidas», aseveró la directora.
América Latina y el Caribe es la región más mortífera del mundo, de acuerdo con la experta y en dos años de la pandemia, se han registrado más de 2 millones de personas sin vida.
La aparición de la variante ómicron tomó a los especialistas «por sorpresa», ya que se diseminó más rápido que las otras variantes y «están manejando un volumen de casos más grande como nunca antes. Desafortunadamente cuando llegó ómicron no utilizamos todas las herramientas que habíamos desarrollado para identificar el contagio y prevenir las infecciones, teniendo en cuenta el nuevo tipo de transmisión que presenta esta variante», manifestó Etienne.
La ahora variante predominante en el mundo también tiene cuatro sublinajes: BA.1, BA.1.1, BA.2 y BA.3, que se propagan desde hace semanas. El responsable de la pandemia de la OPS, Sylvain Alighieri, detalló que en la región las versiones BA.1 y BA.1.1 son las que se encuentran en el 98 % de las muestras secuenciadas. Esporádicamente, la subvariante BA.2 representa menos del 5 % en América Latina y el Caribe. Casos de esta última se han identificado en México, Perú, Brasil y Argentina. Alighieri aclaró que descartan que el sublinaje BA.2 desplace a las demás subvariantes de ómicron, «pero no significa una preocupación adicional», señaló.
La OPS reafirmó que la aplicación de dosis es la mejor alternativa de la población para defenderse de la enfermedad y no hacer colapsar a los sistemas hospitalarios públicos.
«Las medicinas tienen impacto cero en la transmisión y no terminan la pandemia, pero sí ofrecen la oportunidad de aliviar las consecuencias de las enfermedad y ayudan como medidas de control», aseguró Alighieri.
Etienne corroboró que mientras no hay un avance en la inmunización la pandemia está lejos de terminar.